San Mateo es uno y trino. El triangulo musical del Antiguo formado por las plazas de la Catedral, Paraguas y Feijoo hace posible pasar en menos de tres minutos del almirabado "planeta" pop de "La Oreja de Van Gogh" al planeta rock, denso y psicotrópico con el que "Tigra" envolvió el viernes a los centenares de jóvenes que acudieron al filo de la una de la madrugada al escenario donde se celebra el XX Concurso de Rock "Alejandro Espina".
El sexteto ovetense justificó sobradamente por qué fueron los ganadores el año pasado de este certamen. Su coctel de rock teñido de blues, soul y algún eco jamaicano fascinó a un público que superaba al del año pasado, como se encargó de recordar el vocalista y guitarra de la banda, Rafa Tarsicio.
El dinero del premio del concurso tuvo muy buen uso en la producción de su segundo trabajo. "Caer de pie". Temas como "Más madera", "La del boticario" o "Morfina" demostraron el buen hacer y la potencia del grupo. Tarsicio no dejó en ningún momento de demostar su dominio del escenario y su complicidad con el resto de miembros y el público. El 'frontman' de la banda dejó claro que se trataba de un concierto especial. Jugaban en casa y celebraban un año de su victoria. Además, se tartaba de una despedida temporal del batería, Álvaro Santullano, que marcha de Erasmus.
Hay que desear que esta pausa sea breve porque uno quizá tenga debilidad por las formaciones con vientos, sobre todo si (aunque sólo sea uno) tienen el nivel al saxo de Manuel García. Al ambiente de concierto especial ayudó que tocarán por primera vez en directo, "Por el camino". "Con dame calor", a cuatro voces, y "Quedarse cortos" subieron la temperartura del final del concierto que si quedó un poco corto fue por requerimiento de la organización.
Los "Tigra", y su público, estaban dispuestos a continuar un poco más. En fin, hora y media de disfrute en la que no faltaron canciones de su primer disco como "Fotofobia" y "Falta de actitud". Oviedo pide y quiere más "Tigra". Nosotros también.
