Juan Tur Mc Glone es un arquitecto madrileño de 40 años que lleva una década trabajando en proyectos de regeneración urbana. Padre de actuaciones de gran envergadura como las acometidas en Madrid Río, el parque de la Sagrera de Barcelona o el plan maestro de la isla de New Holland en San Petersburgo, dirigió junto al ovetense Daniel Cortizo y a Alexandra Delgado el proyecto "Hucamp!: la campa de todos", que recientemente ganó el concurso internacional de ideas para recuperar el entorno del viejo HUCA en El Cristo.

- ¿Cómo definiría en pocas palabras su proyecto para el viejo HUCA?

-Es un nuevo barrio, un distrito verde estructurado en torno a un gran especio natural central y donde hay, sobre todo, una gran diversidad de usos. Se combina lo educativo, el trabajo, lo residencial y las dotaciones. Favorece que sea un lugar de intercambio, de sinergias e innovación. El conocimiento hoy en día pone en común la universidad y la empresa. Lo que hemos hecho es aglutinar una diversidad de uso ante un gran espacio central y toda la región que no existe en Asturias.

- ¿Fue difícil formular todas las propuestas que les hicieron?

-Costó conjugar todas las demandas de vecinos, la Policía o la Universidad porque son cosas a priori opuestas. Hemos llegado a una solución con la que conseguimos responder a todo y todos van a sentirse reconocidos.

- ¿Es viable todo lo que proponen?

-Aunque todo funciona como una unidad, se puede desarrollar por sectores o "supermanzanas". Se podría ir ejecutando el proyecto por fases como el bulevar hacia Buenavista o recuperar el área de silicosis para la Policía y una residencia intergeneracional. Es posible un desarrollo progresivo y poco a poco.

- ¿No es demasidado ambicioso para los tiempos actuales?

-Estamos encarando un tiempo de optimismo. A priori es un proceso de diez años para asentar las bases de una visión final. Va llevar tiempo, pero es el momento de invertir y hay que empezar cuanto antes.

- ¿Le sorprendió el entorno del antiguo hospital?

-Sí. En especial la gran mezcla que hay de edificios grandes. El HUCA se fue ejecutando por fragmentos y es una mezcla de arquitecturas sin relación. Aun así, lo más sorprendentes es que entre ese amasijo de edificios no existiera ningún espacio público.

- ¿Se atreve a dar un plazo para completar todo el plan?

-Es muy difícil de hablar. En diez años se podría preparar los solares y comenzar a ejecutar edificios. Obviamente si hay una inversión que lo realizase. Nos parece un lapso de tiempo factible. No obstante, mientras tanto se debería solventar el déficit dotacional del barrio y luego resolver el tema de la continuidad del ámbito con el resto del entorno.

- ¿Son conscientes de las expectativas que ha levantado su propuesta?

-Vemos que la acogida entre los agentes implicados está siendo buena. Es una especie de gran responsabilidad. Hace tantos años que se lleva hablando y se implicó tanto la gente, que si no se empieza a materializar algo habría una cierta desilusión

- ¿Se parece este a otros de sus proyectos?

-Uno de los que llevo años trabajando es la isla de New Holland en San Petersburgo. Consiste en rehabilitar edificios históricos para convertirlo en distrito multifuncional, donde exista un parque central que estructura. Es otra escala y otro sector, pero la misma filosofía.

- ¿Qué es lo más innovador de su propuesta?

-La mezcla de usos. No es habitual que en un mismo desarrollo se combine Universidad con oficinas, investigación, residencial y dotación. Las líneas que estableció el Ayuntamiento para la zona son muy acertadas.

- Proponen centralizar el suministro energético.

-Entendemos la pieza urbana como una unidad. La apuesta es desarrollar una autosuficiencia energética sin emisiones contaminantes. La calefacción estaría centralizada y la gestión del resto de suministros también mediante energías renovables. Eso junto con la gestión inteligente de aguas pluviales y residuales para reutilizar en el riego de las praderas son nuestras principales aportaciones.

- Hay quien habla de pelotazos urbanísticos por incluir viviendas en su plan.

-Para hacer cualquier desarrollo urbano tienen que salir las cuentas. No podemos esperar que todo sea una inversión pública porque no hay liquidez. Hay que llegar a un equilibrio en el que las operaciones urbanísticas tengan rentabilidad. La mayor rentabilidad se consigue con la vivienda porque hace factible el desarrollo económico del barrio y le aporta sentimiento. Si se fijan vecinos se impulsa el comercio y se aporta una masa crítica que permite prosperar a la zona, evitando que se convierta en una especie de gueto.