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Por tierras de Ribadesella, Caravia y Colunga

Caminos de arena y mar

La senda que discurre desde Ribadesella hasta la playa de la Espasa es uno de esos itinerarios pensados para una tranquila tarde de otoño

Reproducción de "La Lechera".

La senda costera que va de Ribadesella a la playa de la Espasa comienza al final del arenal de Santa Marina. Desde allí parte una carretera que da inicio a la aventura. Con marea baja merece la pena seguir por el muro hasta el final en la Punta del Pozo y bajar por las escaleras metálicas a la parte baja del acantilado. Se trata de la zona con mayor número de impresiones de icnitas de la costa oriental.

Se trata del punto más oriental del Monumento Natural de las Icnitas, que alberga numerosas huellas de animales prehistóricos. De vuelta a la carretera aparece el panel de inicio de la ruta de Ribadesella al Fito, que se sigue hasta llegar a la playa de Vega.

El ascenso comienza por la carretera que conduce hasta las proximidades del faro, por el camino hormigonado que lo deja a la derecha. A la izquierda se divisan las urbanizaciones construidas en el valle como prolongación de Ribadesella. En Tereñes, junto a un chigre, se coge la carretera con un gran panel con las distintas huellas que pueden encontrarse en los acantilados hacia donde se dirige el camino.

Al poco trecho un desvío a la derecha anuncia la bajada al acantilado. La andadura prosigue hacia el oeste, con un paisaje netamente ganadero y prados que llegan al borde del acantilado.

Al llegar junto a una casa naranja la carretera gira a la izquierda. En este punto sale un camino a la derecha que inicia un descenso a través de un eucaliptal, para llegar poco después a otro camino que se sigue a la derecha por encima de un gran prado y confluye con la vía que conduce a Barreu. Desde este punto no queda más que seguir a la derecha y llegar en poco trecho a las primeras casas de Vega. A la localidad se entra por una calle con dos bandas de hormigón, en medio un empedrado que hacen un bonito contraste con las casas del pueblo. Según se desciende aparece a la izquierda un curioso arco que lleva junto a una capilla. Nada más pasarla en la ventana de una casa se observa una reproducción del cuadro "La lechera" del pintor flamenco del siglo XVII Johannes Vermeer, así como más pinturas en todos los huecos del edificio. Al finalizar la calle se llega a la carretera general desde donde se parte a la playa.

Gran parte del recorrido discurre por pistas asfaltadas y pequeñas carreteras, por tanto, puede hacerse en coche. En este punto se regresa por el mismo recorrido, a no ser que se pretenda continuar la ruta por los caminos que van pegados a la costa hasta la playa de la Espasa.

El itinerario cruza el río del Acebo por un puente de madera. Al poco rato es necesario tomar un desvío a la derecha. Se puede elegir entre seguir por la playa hasta el final, donde se encuentra una pista que asciende por el acantilado y llega a un cruce que sigue hacia la derecha. Al finalizar la pista continua ascendiendo por un estrecho sendero que conduce al pueblo de Berbes.

La segunda alternativa consiste en desviarse por el camino de la derecha un corto trecho hasta otro cruce. Una vez en Berbes se vuelve a tomar la carretera. Se asciende entre un eucaliptal durante un corto trecho llegando junto a un prado desde donde se ve el mar.

Pronto se inicia un descenso a través de otro eucaliptal que a la salida lleva al Arenal de Morís. Más adelante se pasa por la Punta Escalar y la Punta la Atalaya desde donde se ven el pedrero y la zona de la Playa de Espasa, la Isla y el puerto pesquero de Lastres al Fondo. Otra opción es seguir por el Camino de Santiago hasta la Punta Beciella y Peña Forada, desde donde se divisan las Playa de la Espasa y de la Isla.

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