Tras el fallecimiento de Juan, el verano pasado, Luis Goytisolo se ha quedado sin hermanos. Él mismo se maravilla de la coincidencia de tres hermanos escritores y a esa excepcionalidad le va a dedicar la conferencia que esta tarde tiene previsto pronunciar en la Cátedra Emilio Alarcos de la Universidad de Oviedo, a las ocho en el Aula Magna del edificio histórico de la calle San Francisco. Es la primera vez que interviene en la Cátedra en memoria al lingüista, al que admira y que trató menos de lo que hubiera querido. Ayer, en medio de sus trayectos en tren y avión rumbo a Oviedo, conversó telefónicamente con LA NUEVA ESPAÑA. Contó que durante el viaje había coincidido con un joven que iba leyendo "Antagonía", una obra de la que se siente "plenamente satisfecho" pero que, en su opinión, no es lo más adecuado para sobrellevar unas horas en un vagón.
- Ha titulado su conferencia "Tres miradas".
-Hubiera sido más preciso tres miradas y tres hermanos. No conozco otro caso como el nuestro, de dos hermanos sí. Hay antecedentes en la familia, tuvimos una bisabuela malagueña escritora, a la que la Real Academia le dio un premio, eso fue en el siglo XIX y se llamaba María de Mendoza. En cada generación de la familia ha habido algún escritor, cambiando los apellidos, aunque el apellido fuerte en la familia es el Goytisolo, por una cuestión de carácter. En la conferencia parto de "El sueño de San Luis", uno de mis últimos ensayos, en el que hablo del papel del subconsciente del escritor y cómo te empuja a elegir un tema. Yo escribí sobre mi caso en "El sueño de San Luis". Ahora aplico a José Agustín y a Luis lo que descubrí en mí, cosas como cómo nos ha afectado la pérdida de la madre. Yo nos comparo con los puntos cardinales: no nos parecemos en nada, ni en carácter ni en lo que escribimos.
- En sus libros no se muestra optimista sobre la sociedad y el devenir de la historia.
-No soy pesimista, soy realista pero me lo tomo con humor. En mis novelas el humor es cervantino o anglosajón, pero en "El atasco y demás fábulas" es más sarcástico y yo mismo me sorprendí al releer la primera de ellas, escrita en 1968, y encontrar a un personaje, Sigmund, que dice cosas que podría estar diciendo Donald Trump.
- ¿Qué opina de él?
-Cuando veo a Trump, al presidente de Corea del Norte y a Maduro pienso que si se conocieran se llevarían muy bien.
- Y la tecnología, ¿es usuario de las redes sociales e internet?
-Me cansan la vista, solo uso el ordenador para escribir. Ahora se leen menos cosas y cosas que no tienen interés, "best sellers", pero mire, en el siglo pasado decían que el cine iba a acabar con la novela y no ha sido así, el cine es algo horroroso y da pena ver a buenos actores haciendo eso.
- ¿Cómo está viviendo el fenómeno separatista catalán?
-Estoy perplejo por las cosas que dicen los llamados independentistas: yo creo que se lo creen. Yo escribí un artículo en el 2015 sobre esto, sobre cómo se inventa una historia para justificar un asunto así. La solución son unas nuevas elecciones en las que se verá cuántos independentistas hay, que serán como el 30 por ciento de los catalanes. Yo creo que esto va a ir a menos.
