Los restos de José Manuel Manzano Ramírez, conocido popularmente como Manolín el Gitano, ya descansan en el cementerio de El Salvador. Acostumbrado a la soledad de la calle, el mendigo más famoso de Oviedo tuvo una nutrida despedida, a pesar de la ausencia de esquelas y no estar fijada ninguna hora para el sepelio. Alrededor de medio centenar de familiares y allegados, entre ellos tres pastores de la iglesia evangélica, protagonizaron un acto discreto pero emotivo, que culminó con una sonora ovación. Después, cuatro operarios introdujeron el féretro en uno de los nichos de beneficencia del ayuntamiento ovetense.

La puerta del camposanto comenzó a recibir desde primera hora de la mañana a los parientes de Manolín, que aguardaban la llegada del coche fúnebre. La empresa funeraria encargada del entierro "low cost" que el Consistorio le proporcionó a Manzano advirtió al círculo cercano del fallecido que le daría sepultura en la mañana de ayer sin dar un horario fijo, como había adelantado LA NUEVA ESPAÑA. Finalmente, fue a las 10.30 horas cuando el vehículo asomó por la puerta y un cortejo de medio centenar de personas le siguió hasta la puerta del recinto que alberga los cadáveres de personas sin recursos.

Fue entonces cuando tomaron la palabra los diferentes pastores evangélicos citados para el acto. "Tuvo mal pasado, pero su futuro ahora está en manos de Dios", dijo uno de los religiosos, que destacó la capacidad del señor de dar segundas oportunidades. "Lo veíamos pidiendo con un vaso, pero es posible que a su llegada al reino de los cielos le pongan una corona", apuntó otro de los presentes, que se congratuló del hecho de poder brindarle un último adiós "con nada menos que tres pastores y tanta familia", provocando el entusiasmo de los presentes, que culminaron el acto entre llantos y sonoros aplausos.

Entre tanto, recuerdos y anécdotas sobre la doble vertiente de un personaje conocido tanto por su historial delictivo, como por su ingenio para "hacer caja" a través de donaciones en el centro de Oviedo. "Sería malo, pero lo quería mucha gente", sentenció un familiar emocionado.