El radar fijo situado en la confluencia de la calle Independencia con la avenida de Santander lleva un año y medio sin contar con una certificación oficial que verifique que sus mediciones son fiables. Al menos eso es lo que explicaron ayer a este diario fuentes del Centro Español de Metrología (CEM), un organismo dependiente del Ministerio de Industria que sigue "al detalle" la situación que se está viviendo en Oviedo después de que una serie de sentencias judiciales hayan obligado al Ayuntamiento a apagar todos los radares fijos instalados en la ciudad al considerar que sus multas son ilegales. Los jueces justifican sus fallos en contra de las sanciones impuestas por el Consistorio alegando que las cajas en las que se instalan los cinemómetros no están correctamente homologadas, pero el CEM va más allá y sostiene que el único aparato que rota por los seis cajetines repartidos por la ciudad tampoco está en regla, al menos para funcionar en el soporte de la Avenida de Santander.
El Centro Español de Metrología sostiene que los seis soportes "tenían en principio sus certificaciones en regla desde mayo de 2012 y vigentes hasta marzo de 2017". Sin embargo, explican fuentes del CEM, "hubo un accidente en abril de 2016 en el que un conductor tiró uno de los postes -por el de la Avenida de Santander- y en consecuencia, una vez reparado, el Ayuntamiento solicitó una verificación por reparación en junio de 2016", ya que cada vez que uno de las cajas se mueve hay que volver a comprobar que está en perfecto estado. "Hay que observar que este proceso de reparación implica ensayos de laboratorio y ensayos de carretera 'in situ'. Esos ensayos se realizaron en septiembre de 2016 con resultados satisfactorios. Desde esa fecha estamos esperando a recibir el cinemómetro en nuestras instalaciones para poder hacer los ensayos de laboratorio, finalizar el expediente y poder emitir finalmente el preceptivo certificado de reparación", dicen las mismas fuentes.
Los responsables del CEM aseguran que se pusieron en contacto con la Policía Local en varias ocasiones "sin obtener respuesta por parte del cliente". Ante estas circunstancias, "la instalación no dispone actualmente de la preceptiva certificación del cinemómetro", señalan desde el organismo dependiente del Ministerio de Industria.
Ni una sola multa
Los técnicos del área de Seguridad Ciudadana, concretamente los de la empresa concesionaria que se encarga de este tipo de sistemas, desmienten la versión del CEM. Afirman que el cinemómetro cuenta con la certificación exigida por la ley, pero que el proceso de homologación se tramitó en marzo de este año con una empresa catalana, que también está autorizada, y que anteriormente estaba en vigor la revisión anual efectuada por el CEM en marzo del año anterior. Los técnicos mantienen que el cinemómetro "nunca estuvo fuera de la legalidad" y que así consta en las sentencias judiciales, que ciertamente se centran en los cajetines y no en el aparato en sí.
Las mismas fuentes explican que tomaron la decisión de prescindir de los servicios del CEM porque a través de ellos "el trámite era muy lento" y que la empresa catalana hizo el trabajo con mucha más celeridad. Fuentes de la Policía Local añaden además que después del accidente "nunca más se puso una multa" con el radar de la Avenida de Santander y que sigue sin utilizarse a pesar de que supuestamente se buscó rapidez para homologarlo y ponerlo en marcha, sobre todo teniendo en cuenta que hasta entonces era el que más sancionaba de la ciudad. Las mismas fuentes aseguran que "se puede demostrar con papeles" que no hubo multas en ese punto "y que todo está en orden".
