La regulación de los descansos de los taxistas, que a partir del 1 de enero estarán obligados a detener su vehículo durante al menos un día a la semana por orden del Ayuntamiento, traerá consigo "una batería de despidos" que afectarán a los asalariados que trabajan para los propietarios de las licencias. Al menos eso es lo que sostienen los principales sindicatos del sector y el colectivo de conductores empleados por los titulares de los taxis, un gremio que aglutina a 198 personas en Oviedo. "Normalmente en un taxi trabaja el jefe y un trabajador, que coordinan los descansos de manera que el coche funcione a diario. Pero si nos obligan a parar un día determinado y las dos personas tienen que descansar el mismo día habrá trabajadores que sean prescindibles", explica Juan Carlos Calvo, un conductor que ha promovido una recogida de firmas entre sus compañeros asalariados para exigir al Consistorio que de marcha atrás y que ha conseguido 162 apoyos.
La medida que pretende implantar el Ayuntamiento establece que los taxistas no podrán trabajar durante al menos 24 horas seguidas una vez por semana. El Consistorio ha fijado incluso un calendario en el que se especifica que día concreto tendrá que parar cada taxi. "Quieren que sea en días correlativos, es decir, que la primera semana se descanse de domingo, la siguiente de sábado y así sucesivamente", señala Carlos Calvo. El Ayuntamiento sostiene que la regulación se impone precisamente con el fin de conciliar la vida laboral y familiar de los trabajadores del sector, aunque los empleados del taxi no opinan lo mismo. "Con las cosas como están ahora -los propietarios de las licencias tienen plena libertad para trabajar los días que quieran- ya estamos descansando y con esas imposiciones no nos hacen ningún favor. En mi caso, por ejemplo, descanso todos los domingos, ¿para que quiero quedarme en casa un martes si mi mujer está trabajando y los niños en el colegio?", critica Calvo.
Al presidente del sindicato Asotaxi, Manuel Arnaldo, le asaltan los mismos miedos que a los trabajadores asalariados. "La regulación de los descansos puede repercutir gravemente en el empleo. Está muy claro que para recuperar los ingresos que se van a perder los días en los que el coche está parado habrá que trabajar más horas o echar a gente, o sea que de conciliar la vida laboral de los empleados nada", afirma. "Con esta medida autoritaria e intervencionista lo único que van a conseguir es fastidiar a esos trabajadores que supuestamente pretenden beneficiar, sobre todo a las mujeres, que ya han establecido sus descansos de una forma en la que pueden compaginar su trabajo con sus hijos y su casa y ahora tendrán que deshacer todo lo que habían conseguido", añade el presidente de Asotaxi, un colectivo que cuenta con 196 asociados en Oviedo, todos ellos propietarios de licencias.
Gabino Santos, de la Federación Asturiana Sindical del Taxi (FAST) tampoco está para nada de acuerdo con las medidas que pretende adoptar el Ayuntamiento. "El descanso mínimo que nos pretenden imponer lo tenemos por convenio. Lo que debería de hacer el Ayuntamiento es sentarse a negociar y recapacitar para que las cosas se queden como están. Ahora mismo no hay ningún problema y lo mejor es que todo siguiese así", asegura Santos, que criticó la "postura beligerante" de Asotaxi en el conflicto. "No se arregla nada cerrándose en banda contra el Ayuntamiento y tratando de hacer política con un problema como este. Lo que hay que hacer es negociar", insiste.
La regulación de descansos pretendida por el Consistorio servirá para que 45 de los 312 taxis que hay en Oviedo se queden en el garaje cada día a partir del próximo 1 de enero. "Con estas restricciones van a dejar a muchos trabajadores en la calle", dice Carlos Calvo.
