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El edificio que se quemó en Uría reabrirá el lunes totalmente rehabilitado

"Son las mejores oficinas de Asturias en confort y sostenibilidad", dicen los dueños

Mario Pevida muestra la sala desde la que se controla el sistema de ventilación mecánica que tienen los edificios "passivhaus". IRMA COLLÍN

El número 58 de la calle Uría, el edificio que fue pasto de las llamas durante el fatídico incendio en el que perdió la vida el bombero Eloy Palacio, es un inmueble del siglo XIX que abrirá sus puertas este lunes convertido en un estandarte de la edificación más vanguardista del siglo XXI. El edificio, totalmente arrasado a raíz del fuego registrado el 7 de abril del año pasado, ya está completamente rehabilitado y a punto de recibir a los primeros inquilinos tras veinte meses de obras y burocracia. La reforma pondrá a su disposición oficinas provistas de las más modernas tecnologías que forman parte de una estructura levantada en el año 1895. "Estamos ofreciendo las mejores oficinas de Asturias en cuanto a confort, ahorro de consumo y sostenibilidad", asegura Carlos Espina, representante de la familia propietaria del edificio.

No en vano, el edificio de la calle Uría ha sido reformado bajo los criterios de construcción del estándar "passivhaus" -del alemán casa pasiva-, un sistema que consiste en combinar un elevado confort interior con un consumo de energía prácticamente nulo. En Asturias existen viviendas unifamiliares que siguen este modelo, pero el inmueble de Uría será el primer bloque en altura de la región que incorpore un sistema que permite, entre otras cosas, no encender la calefacción en invierno y reducir los consumos energéticos hasta en un setenta por ciento. Todas estas comodidades no se notarán mucho en la factura del alquiler, según los propietarios. "Los precios se ajustan al mercado actual. Además, los inquilinos que opten por venirse tienen que tener en cuenta que van a ahorrarse mucho dinero gracias a los sistemas de eficiencia energética", señala Espina.

Una de las que ya está preparándolo todo para la reinauguración es Elaine Antunes, que regenta un salón de belleza. Antunes ya estaba en el 58 de Uría antes de que las llamas se lo llevasen por delante y tenía muy claro desde el principio que iba a regresar si los propietarios decidían rehabilitarlo. "Estaba muy contenta antes de que ocurriese lo que ocurrió y ahora aún lo estoy más. El edificio está reluciente y no le falta detalle. Tiene todas las comodidades para mi y para poder ofrecerles el mejor servicio a los clientes", explica la joven.

El inmueble tiene tres plantas para oficinas -cabe la posibilidad de instalar una por planta o de dividir el espacio en dos- y una superior en la que se ha instalado una vivienda. "Hay algunos inquilinos que estaban con nosotros antes del incendio que tienen previsto volver, pero todavía hay sitio para más", explica Carlos Espina, que ya empieza a respirar después de un largo periodo de reformas. "Lo que más tiempo nos llevó fue conseguir la licencia para hacer los trabajos. La obra propiamente dicha se hizo en once meses, un tiempo récord", añade el portavoz de la familia propietaria del inmueble.

Historia de la ciudad

Los encargados de ejecutar los trabajos, dirigidos por la empresa Pevida Construcciones y Proyectos, se enfrentaron a una reforma muy especial. El inmueble está incluido en el Catálogo Urbanístico del Concejo de Oviedo y por eso hubo que cuidar hasta el más mínimo detalle. "Primero estuvimos con las labores de demolición y desescombro así que las labores de construcción comenzaron en diciembre del año pasado. Se desmontaron dos de las cuatro plantas de la fachada y se numeraron todas las piezas para que todo quedase igual que estaba antes del incendio, para respetar el diseño original del edificio", recuerda Mario Pevida, el responsable de la empresa. "Estamos muy contentos porque hemos podido recuperar un edificio que forma parte de la historia de Oviedo y convertirlo en uno de los más modernos de España en cuanto a eficiencia energética. Ha sido un reto muy bonito y estamos felices", añade Pevida. Con la nueva reforma, por ejemplo, no hará falta encender la calefacción durante los meses más duros del invierno, ya que el aislamiento térmico de las "casas pasivas" se traduce en pérdidas de calor muy limitadas, siendo las necesidades de calefacción casi nulas.

Aunque aún queda bastante pelea con las compañías de seguros y con el Ayuntamiento para determinar responsabilidades sobre el incendio, los propietarios del inmueble ya están más relajados. "Hemos perdido muchas cosas con el incendio, sobre todo recuerdos personales, pero todo eso tiene arreglo. Lo más trágico sin ninguna duda es la muerte de Eloy Palacio, que es algo terrible e irreparable", explica Carlos Espina.

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