El retablo del altar mayor de la catedral de San Salvador de Oviedo lucirá como nuevo esta semana, una vez concluidas las obras de limpieza del conjunto escultórico que comenzaron el pasado día 20 de noviembre.

Hoy mismo, según confirmó el deán, Benito Gallego, comenzará la retirada del andamio que ha ocupado esta parte del templo durante las últimas semanas. La operación se prolongará durante unos días. Cuando todo esté retirado, los restauradores aún tendrán que realizar pequeños retoques de limpieza para que todo quede perfecto.

Los responsables de la Catedral no habían fijado una fecha concreta para quitar los andamios que cubren el retablo, aunque, como reconoció Benito Gallego, les hubiese gustado poner oficiar las misas de estos días -la de la Inmaculada, el pasado viernes, y la de Santa Eulalia de Mérida, ayer domingo- sin el andamio. Los días de fiesta impidieron que los trabajadores pudiesen retirar la estructura.

Última intervención

Las obras consistieron en recuperar el lustre del conjunto escultórico del siglo XVI, considerado uno de los más importantes de Europa. La última intervención tuvo lugar en 2001 y la de este año era la última programada dentro de las obras de preservación del patrimonio catedralicio. El retablo ya fue restaurado por Jesús Puras en 1989, antes de la visita a Asturias de Juan Pablo II. Después, fue sometido a una limpieza de la que se encargó el Ministerio de Cultura, tras la exposición "Orígenes", en el año 1994. La segunda limpieza fue la acometida por Cosme Cuenca y Jorge Hevia en 2001.

En esta ocasión, la obra ha sido costeada íntegramente por el cabildo y la ha ejecutado el restaurador Pablo Klett, que hace unos años se encargó también de restaurar la Asunción barroca de Martínez Bustamante, que decora la cúpula de la sacristía.

La intervención ha sido "superficial", ya que se ha tratado de eliminar el polvo y los depósitos de suciedad acumulados durante los últimos años.

La celebración

Con el andamio colocado se ofició ayer una de las misas más importantes del año en la ciudad, la de Santa Eulalia de Mérida, patrona de Oviedo. Benito Gallego fue el encargado del oficio ante la ausencia del Arzobispo, Jesús Sanz Montes, que no pudo acudir a la cita.

La misa se celebró, como es tradición, con las reliquias de Santa Eulalia en el altar mayor. El cofre con los restos de la santa fue trasladado desde la capilla en la que reposa habitualmente hasta el lugar presidencial por las mujeres de la hermandad de cofradías de Oviedo Noelia San Millán (Cofradía de la Borriquilla), Leo Bousoño (Hermandad de los Estudiantes), Adela Fernández (Cofradía del Nazareno) y Paloma Frechilla (Cofradía del Silencio y la Santa Cruz).

Antes, las reliquias de la santa eran trasladadas por las concejalas del Ayuntamiento, pero el tripartito eliminó esa costumbre, al igual que la de presidir la ceremonia religiosa el día de Santa Eulalia. Ayer, en los bancos de la primera fila reservados para la Corporación sólo se sentaron cinco de los once concejales del PP y ninguno del tripartito formado por PSOE, Somos e IU.