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NIEVES HERRERO | Publica "Carmen"

"A Carmen Franco le costó superar los miedos que su madre le inculcaba"

"Asturias, donde nació, ha estado y está en su corazón y lo tiene fijado en su recuerdo como si fuera de hoy"

Nieves Herrero, con Carmen Franco. LUIS MALIBRÁN

- ¿Cómo influyó la ovetense Carmen Polo en la educación de su hija?

-Influyó completamente en una educación básicamente religiosa y confiesa que le costó superar los miedos que su madre le inculcaba; miedos acrecentados al no salir jamás de palacio, y no hacerlo hasta que se casó, cuando empezó a superarlos. Hoy ya no tiene miedo a nada, ni tan siquiera a la muerte.

Nieves Herrero pasó más de 40 horas con la ovetense Carmen Franco Polo en el salón de su casa de Hermanos Bécquer, en Madrid. El resultado de las conversaciones es "Carmen", una novela construida desde el propio relato de la hija de Francisco Franco, y que la autora presenta mañana a las 19.00 horas, en la librería Cervantes.

- Novela pero ficción.

-Todo arranca desde sus recuerdos y su memoria. Si no me hubiera llamado yo no lo hubiera escrito. Consideraba esencial su testimonio, y la familia en principio me dijo que no. Fue Carmen quien me llamó y me convocó. El encargo editorial era hacer una novela, por eso recurro a la segunda persona. Yo me comprometí con la editorial en escribirla solo si tenía el testimonio de Carmen, si no tenía otro proyecto literario en marcha.

- ¿Aparece mucho Asturias?

-Constantemente. Carmen nace en Asturias, sus recuerdos están en Asturias y probablemente fuera la única vez que vivió en un piso, en el de su abuelo Felipe. Hay una frase que pronunció de niña estando en Oviedo, cuando unos señores le dijeron "qué niña más guapa eres" y ella contestó "no soy guapa, soy corrientita y monárquica", a lo que estos señores, sorprendidos, le dijeron a su padre que no eran tiempos para hablar de Monarquía, en aquellos momentos en los que España vivía una República. Asturias ha estado y está en su corazón y lo tiene absolutamente fijado en su recuerdo como si fuera de hoy.

- ¿Qué fue lo que más le sorprendió descubrir?

-Que hubiera estado 90 años sin hablar, sin contar sus recuerdos. Y justo en este momento de su vida yo llegué y ella quería romper ese silencio.

- ¿En algún momento le dijo que "esto mejor no hablamos?

-Nunca me dijo nada parecido. Podía ser más o menos explícita en algunos temas pero todas las preguntas las encajaba y jamás me dijo que no pudiéramos hablar de algo en concreto.

- ¿Se arrepiente de algo?

-De no haber sido antes ella misma y de haber hecho siempre lo que todo el mundo esperaba de ella. No fue ella misma hasta que se quedó viuda. Me he dado cuenta de que le importa poco lo que piensen los demás de ella.

- ¿Cuál es su desencanto?

-Es haber sido juzgada por la vida de sus padres, marido e incluso la de sus hijos. Ella en este libro reclama que le juzguen por sus actos, no por los demás.

- ¿Su relación con sus hijos?

-Ahora más fluida que cuando era joven. Sus hijos siempre le achacaron que no pasaba suficiente tiempo con ellos.

- ¿Ha tenido problemas con su hija por sus vaivenes sentimentales?

-Ninguno. Todo lo contrario que su marido, que dejo de hablar a su hija desde que se separó de Alfonso de Borbón.

- ¿Su mayor frustración?

-No haber dedicado más tiempo a la Asociación Española Contra el Cáncer.

- Ha dicho que no tiene miedo a la muerte, ahora que sufre una enfermedad terminal. ¿Es valor o resignación?

-Un poco de las dos cosas. Valor porque ha superado a lo largo de sus 91 años todos los miedos que le inculcó su madre. Resignación porque es creyente y asume el final con total naturalidad.

- ¿Le afectó de alguna manera su primer amor imposible con un joven guardiamarina?

-Totalmente. Su amor por Saturnino Suances lo ha querido reivindicar en este libro con todo lujo de detalles. Lo lleva en un lugar muy especial de su memoria.

- La enseñaron a ver, a oír y a callar. ¿Se rebeló alguna vez?

-Solo cuando estaba enamorada del guardiamarina. Pero siempre ha hecho lo que les parecía a los demás que era correcto. Ha aprendido a no enfrentarse a los que piensan diferente a ella

- ¿Cuál es su mayor virtud y el peor defecto?

-Su mayor virtud es encajar todo lo que llega con naturalidad y sin reproches. Su mayor defecto es el distanciamiento que pone en todo, que a veces le hace parecer fría. Sin embargo, su sonrisa y sus maneras te hacen sentirla cercana aunque no te dé un beso.

- ¿Sufrió síndrome de Estocolmo durante esas 40 horas?

-No, afortunadamente, porque eran encuentros espaciados y no continuados en el tiempo. Pero sí sufrí la ansiedad de no saber si llegaría a proporcionarme un nuevo encuentro. Tardé en pensar que ya tenía la novela. Mi síndrome era el del punto final del libro, que no llegaba nunca.

- ¿Con qué ríe y con qué llora?

-No llora nunca pero me confesó haberse sorprendido llorando el día que le dieron la noticia de la muerte de su nieto Francisco. Ese día hizo un viaje Costa Rica-España sin parar de llorar. Fue el único día que recuerda haber llorado, ni tan si quiera con la muerte de su padre, a quien le dio un apretón de mano como despedida. Ríe recordando anécdotas de sus múltiples viajes, se le ilumina la cara al hablar en especial de la India.

- ¿Cree que le hubiera gustado ser una mujer anónima, no cargar con el apellido Franco?

-Ella se siente muy orgullosa de su apellido pero sí que echa en falta que la dejen de juzgar por la vida de los demás.

- ¿Cómo podría resumirse el matrimonio con Cristóbal Martínez-Bordiú?

-Se casó por amor y para toda la vida, independientemente de las aventuras de su marido, a las que ella hacía oídos sordos.

- ¿Hay algún enigma que quede por resolver?

-Seguramente, porque hay secretos que uno se los lleva siempre a la tumba. Habrá cosas que no contará jamás.

- ¿Qué esconden los ojos de Carmen Franco?

-Seguramente, los intentos que hubo dentro de la familia por impulsar la carrera de Alfonso de Borbón. Por más que yo le pregunté ella siempre dice que para su padre no hubo otro candidato a sucederle que don Juan Carlos.

- Jugando a la ficción, ¿cuál cree que será el último pensamiento o recuerdo de Carmen antes de irse de este mundo?

-Que no la juzgue la historia por más vida que la suya propia. Ese pensamiento se repite en ella.

- ¿Es franquista Carmen Franco?

-Sí. Su concepto de dictadura es más cercano a la de Primo de Rivera que vivió de pequeña, y no tiene la misma connotación que para los que hemos vivido fundamentalmente en democracia.

- ¿Qué le dijo ella al leer el libro?

-Ella practica el vive y deja vivir y lo único que me dijo es que no para de firmar libros que le llevan sus amistades a su casa.

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