Los dos hermanos (A. F. R. y F. F. R.) acusados de un ataque sufrido por un portero de un bar del barrio del Antiguo en Oviedo en la madrugada del 25 de marzo de 2016 declararon hoy en el juicio, en el que piden diez años de cárcel para cada uno por la agresión. Según la Fiscalía atacaron por la espalda al controlador del local, situado en la calle San Antonio, y uno de ellos le asestó dos puñaladas. El portero les había expulsado al sorprenderles esnifando cocaína en el establecimiento.

Uno de los hermanos, al que acusan de asestar las puñaladas al portero, alegó en el juicio que se defendió del portero porque le "amenazaba con una botella rota". Pero, asimismo, esgrimió que lo ve "todo muy borroso" porque consumieron cinco gramos y estuvieron bebiendo "muchas copas" desde las siete de la tarde. Igualmente exculpa a su hermano de agarrar al portero en el momento de las puñaladas.

Algo que también asegura el otro acusado, quien niega haber agarrado al controlador de acceso y afirmó que él estaba estupefacto: "No daba crédito de lo que estaba pasando". En cuanto a la víctima del ataque, contó ante el juez que les había llamado la atención previamente cuando estaban esnifando cocaína junto a dos chicas. Según su relato, hubo un segundo toque de atención, cuando estaban otra vez esnifando rayas, esta vez solos. Les pidió entonces que se fuesen del local y, en ese momento, le habrían atacado.

Cuando el portero salía del local, ensangrentado, se encontró con una patrulla de la Policía Nacional, que detuvo a los acusados. El autor del apuñalamiento comenzó a dar cabezazos contra la puerta trasera del vehículo policial, hasta que la desencajó. «Esto os lo vais a comer vosotros, hijos de puta», espetó el agresor a los policías, según la Fiscalía.

La víctima pudo morir a consecuencia de una las puñaladas, que penetró cuatro centímetros en su cuerpo y a punto estuvo de tocarle el corazón. Aparte de los diez años de prisión, el fiscal pide una medida de libertad vigilada para los acusados por cincos años, así como alejamiento de la víctima, y el pago de una indemnización a la Policía de 400 euros.

El juicio fue suspendido hasta mañana, cuando se retomará la vista oral con nuevos testimonios y se espera que quede visto para sentencia.