Los vecinos del número 26 de la calle Melquiades Álvarez tardarán en olvidar la Nochebuena del año 2017. Un "importante incendio" registrado alrededor de las cuatro y media de la madrugada en el cuarto piso del inmueble obligó a los bomberos a desalojar a todos los residentes en el edificio, que estuvieron casi dos horas en la calle mientras los servicios de emergencia trabajaban para sofocar el fuego y disipar el humo que se generó tras el suceso. A raíz del fuego resultó herido uno de los bomberos que tomó parte en el operativo, quien "sufre quemaduras de carácter leve por la gran temperatura alcanzada en el interior de la vivienda", según fuentes municipales.

El fuego comenzó en una habitación en la que dormía una persona y todavía se desconocen las posibles causas, aunque algunos de los vecinos consultados esta mañana por LA NUEVA ESPAÑA aseguran que el origen pudo estar en un cigarrillo que se cayó sobre el colchón. También hay residentes que afirman que el detonante fue un cortocircuito, por lo que habrá que esperar al informe de los investigadores para saber a ciencia cierta los motivos. Lo cierto es que cuando llegaron los bomberos las llamas ya eran "de grandes dimensiones". El susto para los vecinos fue de órdago. "Nos avisó el propietario del piso en el que se inició el fuego. Nos dijo que no lo podía controlar y que saliésemos cuanto antes de casa. Menuda Nochebuena, fue un susto muy grande", explica Ana Fernández Canteli, una de las residentes en el edificio. En la extinción del fuego participaron los nueve bomberos del turno y otros cuatro de refuerzo que fueron reclamados "ante las importantes dimensiones del siniestro".

Tras extinguir el fuego los bomberos comprobaron que la estructura del edificio no había resultado dañada y permitieron a los vecinos, salvo los de la vivienda siniestrada, volver a sus casas. Durante la mañana de hoy, los responsables del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) inspeccionaron de nuevo el edificio y el piso siniestrado. "Ayer por la noche hubo gente que tuvo que salir a la calle en pijama. Muchos estábamos durmiendo cuando nos avisaron", señala Lalo Canteli, que vive en el edificio afectado. "Algunos de los vecinos no estaban en casa, pero al final habría como unas treinta personas en la calle", señala María Riera, una joven que estaba en su piso cuando comenzó todo. El inmueble afectado tiene una altura de ocho plantes y tres viviendas en cada una de ellas.

Una calle marcada por la desgracia

El suceso de esta noche se produjo a escasos metros del número 58 de la calle Uría, el edificio que se incendió en abril del año pasado y que se vino abajo llevándose por delante la vida del bombero Eloy Palacio. Ese día las llamas también arrasaron el número 25 de la calle Melquiades Álvarez, situado frente al edificio en el que se registró el incendio de esta noche. En aquella ocasión también resultó herido otro bombero, Juan Carlos Fernández Granda, de 35 años, que sufrió una rotura de fémur.