Gabriel Buyara caminó con paso firme los metros que le separaban de Aliatar. En la mano un sobre cerrado con un membrete oficial. "Ábrelo es un mensaje de mi dentista" le dijo con voz firme al cartero real. Aliatar leyó en voz alta la misiva: Gabriel se ha portado como un campeón aunque tenía una caries un poco complicada. "Lloré un poco porque me dolía mucho", reconoce el pequeño de 8 años.

El emisario real recogió esta tarde en el Club Prensa de LA NUEVA ESPAÑA los últimos encargos de los más pequeños. "Yo sólo quiero un reloj", aseguraba Jimena Collantes. En la cola muchos nervios y algunos olvidos, "tranquilos leeremos todas las cartas", tranquilizaba Aliatar. Casitas, coches, muñecas, juegos o móviles; la lista de las peticiones es variada pero todos aseguran que se han portado bien. "Es importante que hagais los deberes y ordeneis vuestras cosas. Mañana nos vemos en la cabalgata". Las ilusiones ya están puestas en las cabalgatas que mañana recorrerán Asturias.