La misma modificación de la legislación nacional sobre contratación pública que ha paralizado el proyecto para la limpieza de la muralla medieval amenaza ahora con demorar varios meses el inicio de las obras para adaptar el Auditorio Príncipe Felipe a la normativa vigente en materia de seguridad contraincendios. Según reconoció ayer la edil de Infraestructuras, la socialista Ana Rivas, la intención del tripartito pasa por contratar el proyecto por fases para lanzar de manera inmediata la primera, que es muy sencilla, con el objetivo de que las obras arranquen durante la próxima primavera. Sin embargo, la edil no descarta que los servicios de Intervención, en atención a la Ley de Contratos que ya está redactada para entrar en servicio en abril, obliguen a licitar todo el proyecto de forma conjunta, algo que ya ha ocurrido en el caso de la muralla y que, según advirtió la edil, demoraría "bastante" la actuación en el Auditorio, aunque no aclaró cuánto.

La decisión sobre la fórmula de contratación la tomará la próxima semana la comisión de seguimiento de la seguridad en el recinto constituida por el Ayuntamiento el pasado verano.

Con independencia del calendario final, las actuaciones a desarrollar en el Auditorio se basarán en el informe final del arquitecto José Luis Pérez-Lozao, cuyo contenido fue adelantado el pasado domingo por LA NUEVA ESPAÑA. Según el servicio municipal de Edificios, la actuación, que ha sido presupuestada inicialmente por el experto en 698.000 euros, ascendería a un total de 845.221 euros una vez aplicados todos los gastos e impuestos. La ejecución de las obras ocuparía quince meses, divididos en tres fases. Por tanto, en caso de que el tripartito pudiera evitar la licitación conjunta del proyecto, todas las propuestas de mejora planteadas por Pérez-Lozao estarían implantadas a finales de 2019. De momento, el Presupuesto para el presente ejercicio incluye medio millón de euros para la ejecución de obras de mejora de los sistemas contraincendios en el Auditorio. Según Rivas se trata de una cantidad "suficiente", por cuanto la actuación se plantea a quince meses y buena parte de ella se desarrollaría el año que viene.

La primera fase, que el tripartito quiere lanzar ya, tendría un coste de 84.113 euros, con un plazo de dos meses y medio. Las obras se centrarán en la adecuación de las oficinas de la zona administrativa Oeste de las plantas primera y segunda, la sala de cámara y la zona Este del sótano. La segunda fase, que si no hay retrasos podría ejecutarse en el último tramo del año, incluye el conjunto de la planta sótano, la zona de camerinos y protocolos de la planta baja, el local de almacenamiento y la sala polivalente, cuyo aforo quedará limitado a 450 plazas frente a las 535 de la actualidad. Con un coste de 561.565 euros, las obras de esta parte de la actuación, estaría listas en siete meses y medio. Finalmente, la tercera fase planteada en el informe de Pérez-Lozao ocuparía entre tres y cinco meses. Con una inversión de 199.453 euros, serviría para completar las medidas contraincendios en el resto del inmueble.

Ana Rivas reconoció que las obras de instalación de rociadores en la sala principal pueden afectar a su acústica, por lo que anunció que el proyecto final se encargará de solventar ese tipo de problemas y que garantizará la máxima calidad en el recinto. Además, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, los trabajos no obligarán a clausurar la actividad en el Auditorio y se permitirán actividades puntuales como catering o mercadillos en las zonas comunes, pero bajo ciertos requisitos.