El ingeniero ovetense Luciano Ángel López González falleció el viernes a los 67 años víctima de una enfermedad oncológica. Recientemente jubilado, desarrolló la mayor parte de su carrera profesional en la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) y era un apasionado de la montaña. De hecho, fue un pilar fundamental para la creación del grupo de montaña de la demarcación de Asturias del Colegio de Ingenieros de Caminos, que él mismo presidió hasta hace un año.

Amigo de sus amigos, mantenía una estrecha relación con los compañeros de Bachillerato en el Instituto Alfonso II, con quienes se reunía periódicamente. La última vez fue hace dos años con motivo de la celebración del cincuenta aniversario de la promoción. Uno de esos exalumnos, Willy Pola, le describe como "un hombre inteligente con un cerebro privilegiado". En la misma línea, el director del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), Ramón Rodríguez (de la misma promoción) lamentó profundamente el fallecimiento de su compañero. "Era una gran persona. De los más brillantes del curso además de divertido e ingenioso". El médico Martín Caicoya, que también estudió con él desde los 8 hasta los 17 años, destacó su carácter "tranquilo y sólido" y sus obras de ingeniería, como la depuradora de agua de Lagares.

Luciano estudió la carrera en Cantabria y trabajó en varias empresas constructoras hasta incorporarse a la CHC durante 30 años. Así, antes estuvo en la constructora Alegría, Hispano Alemana y en Coprosa, además de participar en la construcción de la ronda de Langreo.