"Si las abejas desaparecen será el inicio del verdadero Apocalipsis en el planeta". Nuno Troitiño Bibian, analista bioquímico, informático, investigador autónomo, especialista en algoritmia bioquímica aplicada a las abejas y apicultor de segunda generación, dejó ayer claro en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA que su devoción por la apicultura sólo es comparable a la pasión que siente por las tecnologías. "Las abejas polinizan, crean belleza y dejan un entorno más vistoso; son fundamentales para la vida", aseguró.

De esa estrecha colaboración entre ambos mundos, el de la naturaleza y el de la inteligencia artificial, nació "Appybee", una aplicación que consigue controlar las principales enfermedades de los insectos del panal: "La varroa y la loque, y también la plaga de avispa velutina con un mapa para localizar los nidos empleando Google Maps".

Troitiño, que fue presentado por Isaac García Martínez, ingeniero Superior de Telecomunicaciones, y Virginia Gil, directiva de Tribuna Ciudadana, hizo gala de un gran sentido del humor a lo largo de su exposición y aseguró que al contrario de otros niños que vienen al mundo con un pan bajo el brazo, él lo hizo con unos tarros de miel. Por cierto, al mundo llegó en Santiago, aunque se crió en Orense, donde su familia posee la finca en la que se encuentran los colmenares. "Ya se ha quemado cinco veces, pero ahí sigue", señaló.

Hace años vivió la debacle que supuso para la explotación la masiva muerte anómala de abejas. Aunque las causas reales de ese fenómeno de carácter mundial, aún no están del todo claras, Troitiño culpa, en buena medida, al cambio climático "que provoca desorientación en los insectos y afecta a su ciclo vital".

Tres primaveras

"Este año vamos a tener tres primaveras. Tendemos a un monocultivo masivo y se pierde el desarrollo aleatorio de la naturaleza. No sólo desaparecen las abejas, también otros insectos comunes como los saltamontes y las moscas", añade.

Las radiaciones de antenas de telefonía también afectan al ecosistema de las colmenas. "Nosotros somos más grandes, pero las 'abejiñas', tan pequeñas, no son capaces de superar toda esa influencia de los campos magnéticos", explica el investigador.

Troitiño no perdió la oportunidad de animar al público a adentrarse en la actividad apícola. Puso ejemplos prácticos: "Cuando era más joven yo siempre tenía dinero para llevar a la chica al cine; la miel me daba un plus, mis amigos no estaban en esas condiciones".

Para Troitiño, más peligroso que la plaga de avispa asiática es el uso de herbicidas. "Eso sí que puede matarnos, a nosotros y a las abejas".