Félix Vidal Anido, más conocido como "el violador del estilete" detenido esta semana en la ciudad por una supuesta violación perpetrada el pasado 22 de diciembre, llevaba viviendo en Oviedo más de medio año, según indican algunos conocidos. El gallego, que pasó 32 años en la cárcel por 54 violaciones y un intento de asesinato hasta 2013 se instaló a finales de 2016 en el barrio de Teatinos, pero la presión vecinal hizo que iniciara un periplo por otras localidades como Moreda o León, hasta volver a la capital asturiana "hace seis o siete meses".

Según algunas fuentes, el hombre residía con la misma pareja con la que se trasladó en su día a Teatinos y hace dos semanas anunció a sus caseros que se trasladaría a vivir a Grado, aunque todo apunta que finalmente se habría trasladado hasta otro alojamiento. Su detención se produjo el martes, justo un día después de que una mujer denunciase haber sido violada por Vidal el pasado 22 de diciembre.

Félix Vidal Anido, de 54 años y más conocido como el "violador del estilete", habría vuelto a las andadas, esta vez en Asturias. El hombre que pasó 32 años en la cárcel de Asturias condenado por 54 violaciones hasta su liberación en diciembre de 2013, gracias a la anulación de la doctrina Parot -jurisprudencia que aplicaba los beneficios penitenciarios sobre cada pena en vez del total, favoreciendo mayores estancias de los reincidentes en la cárcel-, fue detenido esta semana en Oviedo acusado de una supuesta agresión sexual que habría cometido el 22 de diciembre.

Según fuentes policiales, la víctima presentó la denuncia en las dependencias de la Jefatura Superior de la Policía de Asturias el pasado lunes. La demanda supuso la inmediata actuación de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Judicial, que tras las oportunas gestiones logró localizar y detener al "violador del estilete" en la ciudad.

Las mismas fuentes señalan que, una vez en las dependencias policiales y tras prestar declaración, el detenido fue puesto a disposición judicial. El juez decretó su ingreso en prisión comunicada y sin fianza, a instancias de la Fiscalía, como medida de alejamiento respecto a la víctima.