El joven dominicano acusado de apuñalar hasta en tres ocasiones a un ecuatoriano para "intentar matarlo" aceptó ayer los hechos ante la juez de la Audiencia Provincial, que ha dictado para él una condena de cuatro años y once meses de prisión. El hombre reconoció que el 13 de agosto de 2016, justo después de una pelea desencadenada en una discoteca de la calle Jesús a raíz de la desaparición de un bolso, persiguió a la víctima hasta la calle Fruela y comenzó a darle puñaladas. Después se dio a la fuga sin auxiliarle.

El fiscal considera que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio en grado de tentativa y por eso inicialmente solicitaba para el acusado una condena de ocho años de cárcel y diez de alejamiento con respecto a la víctima. El reconocimiento de los hechos por parte del joven y su "disposición" para pagar la indemnización económica que tiene que recibir el afectado sirvieron para que el ministerio público aceptase rebajar la pena, una negociación llevada a cabo por la defensa antes de que comenzase la sesión. "Existe el atenuante de la reparación del daño, por eso lo ha hecho", señala Enrique Fernández, el abogado de la acusación particular. El joven dominicano ya le ha abonado tres mil euros a la víctima y ayer se comprometió a abonarle otros tres mil antes de la ejecución de la sentencia. Además, también dijo que pagaría los 5.651 euros que reclama en Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) en concepto de gastos asistenciales.

Los hechos

Según el informe del ministerio fiscal, el agredido estuvo a punto de perder la vida por las heridas. La trifulca comenzó a las cinco de la madrugada en el exterior del local de copas. El fiscal asegura que el acusado vio cómo surgía una discusión entre terceras personas por el robo de un bolso y se atribuían los hechos a quien a la postre sería su víctima, un ecuatoriano de 26 años. A pesar de que el acusado no estaba afectado por el supuesto robo, éste se sumó a la pelea en la que participaban, por un lado, el agredido y unos familiares y, por otro, un grupo de personas molestas por la presunta sustracción.

El procesado observó cómo su víctima huyó del lugar de la pelea y lo persiguió hasta la calle Fruela. Allí le dio alcance, le tiró al suelo y, al tiempo que le decía "ahora sí que te vas a enterar", le apuñaló tres veces con una navaja que llevaba encima. Seguidamente se fugó. La rápida intervención de la Policía permitió que la víctima fuera trasladada y atendida a tiempo para evitar daños mayores. "De no haberse realizado la intervención policial la víctima habría fallecido en minutos o como máximo una hora", apuntan los informes forenses.