"Esto es un atraco, dame todos los besos que tengas". Esa es la carta de presentación del "violador del estilete" en una de las tres cuentas de las que dispone en la red social Facebook. Una foto con dos pistolas y esta leyenda sirven de imagen de perfil en una de las cuentas en las que Félix Vidal Anido acumula numerosos contactos con una característica predominante: chicas jóvenes, atractivas y extranjeras. El detalle pasaría desapercibido para la mayoría si no se tratase de uno de los mayores depredadores de España, actualmente de plena actualidad por estar acusado de violar a una chica de 25 años el pasado 22 de diciembre en Martínez Vigil.

El hombre que pasó 32 años en la cárcel de Asturias por cometer 54 violaciones hasta 2013 parece desenvolverse bien con las nuevas tecnologías tras pasarse dos tercios de vida entre rejas. Su actual novia sostiene que está "rehabilitado y reinsertado" en la sociedad, aunque sus mensajes en las redes sociales y su atracción por el sexo queda en evidencia en su vida digital.

Sus extravagancias en la red se suman a los detalles acerca del entorno en que se desenvolvía. El piso de la calle Martínez Vigil donde residió y supuestamente violó a la joven de 25 años es fiel reflejo de una vida atípica. Un portal viejo y deteriorado con buzones a rebosar de cartas da la bienvenida a los visitantes a un bloque de pisos de ladrillo visto y tonos ocre. Una puerta destartalada franquea el paso hacia las escaleras. En las entrañas del bloque, unas escaleras estrechas y oscuras sirven de acceso a las viviendas. En cada planta, un par de viviendas de grandes dimensiones alquiladas por habitaciones y por el mismo propietario a precios asequibles.

El inmueble parece una copia amplificada del bloque elegido por Vidal para trasladarse a vivir a finales de 2016, en Teatinos; un bloque de pisos igualmente compartidos entre desconocidos y también propiedad de los mismos dueños.

Una cocina, un baño y un salón sirven de servicios comunes ubicados, al igual que las habitaciones, en un pasillo interminable. Allí vivió durante más de un mes Vidal Anido con su novia, su perro, la supuesta víctima y otro compañero cuyo rol en la vivienda no queda muy claro, pero que se hizo inseparable de la pareja.

La propia compañera de Vidal, M. A. P. F. abrió las puertas de la casa a LA NUEVA ESPAÑA el lunes. La cocina, muy vieja pero limpia, se convirtió durante un cuarto de hora en una improvisada sala de recepciones. "Pasa que quiero demostrar que esa tipa sólo dice mentiras", apuntó sobre la chica que, a su vez, acusa a la mujer de estar enganchada a drogas duras como la heroína. M. A. P. F. muestra un montón de notificaciones judiciales. Entre las mismas, la citación para declarar como testigo por la supuesta agresión cometida por su novio y otra para comparecer como imputada por un delito de robo con intimidación a la misma víctima. "Casi no entiendo lo que trae y no tengo abogado", contó.

La mujer justifica que conviva con desconocidos por las estrecheces económicas. "Apenas tenemos dinero y los pisos están caros", declara para luego destacar que el "violador del estilete" es importante para la economía de su hogar. "Cogía todos los chollos que y trabajaba lo que podía", destaca como razón para pedir su excarcelación. "Es buena gente", sentencia en su alegato.