Papel, silicona, cartulina y mucha paciencia. Esos fueron los materiales del disfraz "Hada de los libros" con el que la niña Ainara del Río López de Zubiría se alzó ayer con el primer premio de la categoría de 6 a 12 años del concurso de Carnaval que organiza desde hace más de veinte años la Asociación Libre de Mujeres de La Corredoria en el centro social El Cortijo. El suyo, como el del resto de los cerca de doscientos participantes del certamen, fue un resultado espectacular por poco dinero. "Yo me puse a tejer estilo 'amigurumi' hace unos días y al final hice una espada láser de 'La Guerra de las Galaxias' y una careta de 'Yoda' para mi hijo de dos años. Todo de ganchillo". Marta Suárez se quedó sin premio, pero se llevó el aplauso de la sala por su imaginación a la hora de diseñar y elaborar el disfraz del pequeño. El dinero invertido de media en cada vestimenta fue de cinco euros. Incluso menos.

El ahorro fue el denominador común del resto de disfraces vistos ayer en Oviedo. Por ejemplo, durante las actividades que la Concejalía de Atención a las Personas organiza en seis centros sociales del municipio para facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar los días que no hay colegio (12 y 13 de febrero). Ayer fue el turno de la Argañosa, Pumarín, Trubia y Ventanielles con la puesta en marcha de talleres de cocina, cuentacuentos o manualidades en diferentes horarios de mañana y tarde. Mañana también abrirán sus puertas al Antroxu el de San Esteban de las Cruces y el de San Claudio. "Me viene estupendamente este taller porque no tengo con quién dejar a mi niña por la mañana estos dos días", dijo María Sánchez a la puerta del centro social de La Argañosa al ir a recoger a su pequeña.

Otros que desplegaron imaginación y alegría a raudales fueron los mazcaritos d'Uviéu. Los personajes del Antroxu más tradicional recorrieron el casco antiguo y dedicaron el día -bautizado por ellos como "Llunes gordu"- a entretener a los niños convirtiéndolos en protagonistas. Una de las actividades recuperadas de antaño fue el aguinaldo de Carnaval. "Denos el aguinaldo señora Pachina. ¡Unos caramelos y una sardinina!". Eso le cantaron los mazcaritos a la vendedora de un quiosco de chucherías de la calle Cimadevilla. Ella, de nombre Pilar Migueles en lugar de "Pachina", se quedó alucinada con la performance y les dio a los niños lo que pedían salvo la sardinina, claro. La destrozona, la rollona, les plañideres, la madama, el galán, el cura y hasta una veintena de personajes recorrieron la ciudad llamando la atención y pidiendo caramelos en las tiendas. La última parada fue la plaza del Paraguas para recuperar fuerzas y tomar chocolate.

En La Corredoria también tomaron chocolate tras el concurso. Usaron 210 litros de leche, 48 botes de cacao y centenares de bizcochos. En Bueño no fueron menos y le dieron al chocolate. En el vecino concejo de Ribera de Arriba, donde este año el calendario apenas da tiempo a descansar entre fiesta y fiesta, la Asociación Cultural organizó ayer un programa de actividades de Antroxu. Así, unas ochenta personas participaron en el concurso de disfraces, con categorías de niños, adultos y grupos.