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Los dominicos, quinientos años haciendo historia en Asturias

La orden conmemora el aniversario de la fundación del convento de Oviedo

Un grupo de soldados monta una barricada para defender el convento de los dominicos, durante los primeros días de la Guerra Civil. LNE

Elena FERNÁNDEZ-PELLO

El convento de los dominicos en Oviedo fue muy probablemente el primero de España en llevar el nombre de Nuestra Señora del Rosario. Salustiano Mateos, que es el prior de la comunidad ovetense, cuenta que a partir de su fundación llegaron a constituirse en Asturias 360 cofradías del Rosario, una devoción estrechamente vinculada a la congregación. De su establecimiento en Oviedo se cumplen en 2018 nada menos que 500 años, una efeméride que tiene previsto conmemorar con conferencias, una exposición fotográfica y, a ser posible, algún concierto. Probablemente, hacia el mes de junio, habrá una gran reunión de antiguos alumnos.

Los dominicos y Asturias tienen una historia compartida a lo largo de estos últimos 500 años. El convento no se libró, ni mucho menos, de los vientos que azotaron Oviedo, especialmente en el siglo XIX con la desamortización y en el XX con la Revolución de Octubre y la Guerra Civil.

El prior de Oviedo se remonta a los orígenes de la fundación, que data el 23 de junio de 1518 y de la que se encargo Fray Pablo de León, un monje de un convento de Toro, en Zamora, que consiguió el apoyo del entonces obispo de Oviedo. El primer emplazamiento del convento estaba junto a la fuente de San Pedro de Mestallón, donde había una pequeña ermita, pero aquel lugar era muy húmedo y estaba alejado de la ciudad, así que fue descartado y el edificio se levantó en el emplazamiento actual.

A Asturias los dominicos venían a tres cosas, según relata Mateos: "a predicar, a administrar los sacramentos y a enseñar en la Universidad". "El obispo exige que todos los años envíen doctores que puedan enseñar en la Universidad", cuenta, y de ese modo a lo largo de su vida en Asturias la orden ha tenido, según el recuento del prior, "siete catedráticos de Prima, nueve de Sagrada Escritura, trece de Arte, diez de Vísperas y nueve canonistas". Salustiano Mateos aclara que Prima y Vísperas eran asignaturas de Derecho y añade que en Cangas de Narcea hubo nueve catedráticos de Artes.

"La educación siempre ha sido importante" para los dominicos, según el prior. No en vano en el colegio ovetense se ha formado buena parte de la clase dirigente regional. El religioso cita, a bote pronto, al ministro Gustavo Suárez Pertierra, al presidente del Principado Juan Luis Rodríguez Vigil y al alcalde de Oviedo y eurodiputado Antonio Masip.

La comunidad dominica ha prendido en Asturias y ha echado profundas raíces. Desde Oviedo, los dominicos extendieron su actividad por toda la región. "En Navelgas hubo un pequeño convento y un colegio en el siglo XVIII; más tarde la orden estuvo en Corias, que era de los benedictinos y con el que se nos resarció tras la Guerra: allí tuvimos un instituto, con internado, donde estudió gente de toda Asturias", refiere Mateos. Las dominicas abrieron colegios por toda Asturias, sobre todo las de la Anunciata en las cuencas mineras.

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