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"Hacer la Cometcon en Oviedo son trabas, problemas y maltrato", dicen sus impulsores

La feria nunca tuvo un convenio y se les acabó dando medio año después del evento una subvención que aún no han cobrado

Héctor Lasheras. LNE

Lo más friki de la Cometcon, la feria del ocio alternativo que lleva cinco ediciones en Oviedo batiendo récords de asistencia, no es su público ni su temática. En el peor sentido de la palabra, lo raro, extraño y kafkiano de este evento sucede fuera del Calatrava pero dentro del Ayuntamiento. A falta de un mes (23 al 25 de marzo) para que se celebre la sexta edición de esta reunión de fans de la cultura popular contemporánea, los organizadores todavía no han cobrado la subvención que les concedió el Ayuntamiento, el convenio anunciado hace un año nunca llegó a firmarse y se les acaba el plazo para amortizar un crédito bancario que se han visto obligados a pedir y que el propio Ayuntamiento avaló de forma extraoficial a través de un correo electrónico enviado a la entidad financiera mostrando su apoyo a la programación.

Los organizadores de la Cometcon, con Héctor Lasheras al frente, denuncian que a lo largo del último año han sufrido "maltrato", "trabas" y "todo tipo de problemas" por parte de la administración local hasta llegar a una situación límite en la que si no cobran la ayuda prometida esta semana, tendrán que anularlo todo.

La feria de los "gamers", aficionados al manga y las sagas fantásticas, arrancó en Oviedo en el año 2012 en el Auditorio Príncipe Felipe con un presupuesto de 1.000 euros. Congregó a 6.000 aficionados. La penúltima edición, ya en el Calatrava, sumó unas 20.000 personas y tuvo una ayuda municipal de 12.000 euros. Tanto éxito llevó al Ayuntamiento a doblar la apuesta y el concejal de Congresos, Rubén Rosón, subió la apuesta y anunció que para la quinta edición (la que se celebró en marzo del año pasado), multiplicaría las ayudas municipales por diez, hasta 120.000 euros, a través de un convenio específico.

Los problemas venían arrastrándose de antes, porque la resolución que concedía la ayuda anterior de 12.000 euros se firmó en febrero de 2017, casi un año después de haberse desarrollado la actividad. De hecho, la Cometcon del año pasado se organizó sin haber recibido aún el dinero del año anterior, y al nuevo convenio anunciado por Rosón los organizadores le perdieron la pista el 21 de marzo. "Desde entonces no volvimos a saber nada más, nunca hemos tenido un convenio", confirma Lasheras.

La quinta edición volvió a ser un éxito de público, pero los organizadores trabajaron "sin ninguna garantía". Hicieron un festival pensando que tendrían un convenio firmado por 120.000 euros que les obligaba, además, a aportar por su cuenta un 20% más de presupuesto. Y esas fueron las cifras que invirtieron en la actividad. Los proveedores tuvieron que esperar, y sólo medio año después de la quinta edición de la Cometcon, en una junta de gobierno celebrada en San Mateo, el Ayuntamiento convirtió aquel convenio prometido en una subvención nominativa.

Con esa garantía fueron a un banco a solicitar un crédito por 120.000 euros. Les concedieron 108.000, y para lograrlo el propio Ayuntamiento tuvo que mandar un correo electrónico a la sucursal explicando el apoyo de la ciudad a la feria. Con el crédito se pagó a los proveedores y se realizó en un fin de semana la justificación para cobrar la subvención. Se presentó por registro y después de varias reuniones con los técnicos municipales salió de la oficina de Congresos el 23 de enero para que Intervención diera el visto bueno. El servicio puso pegas: facturas sin justificante, faltaba relación de personas que habían viajado, el balance estaba mal. Los organizadores respondieron a los dos días y desde entonces el expediente quedó en un limbo por un problema informático. Ahora, de nuevo en la mesa de Intervención, el servicio tiene que informar otra vez. Los organizadores aseguran que tienen todos los papeles en regla, y que si el informe se demora o no da luz verde, se anulará todo.

Y todavía hay más problemas. Los organizadores exigen un convenio con las condiciones que necesitan para hacer las cosas bien, en el que, por ejemplo, no se les reste el aforo ganado el año pasado con las carpas. Lasheras confiesa que nada de esto habría pasado si se hubiera negociado en una reunión con técnicos y políticos antes de dar nuevos pasos, pero que ahora es tarde. "El primero se hizo con menos de mil euros, lo único que queremos es saber cuáles son las reglas de juego y que se cumplan. Porque el daño se hace a una marca que gasta de forma eficiente el dinero público. Y el Ayuntamiento se olvida de que compite con Madrid, País Vasco o Pamplona. Tenemos un evento bien hecho y hay treinta o cuarenta empresas ya confirmadas que han preferido venir aquí y no a otro sitio. Y yo no voy a cubrir la mala gestión de nadie".

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