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Las primeras obras en La Vega, como mínimo para 2021, calcula el Ayuntamiento

Un inventario, la participación ciudadana, un concurso de ideas y aprobar los planes aplazan el inicio de la reforma del recinto fabril hasta dentro de 44 meses

La capilla de Santa Bárbara, con el pórtico románico de la desaparecida iglesia de La Vega. IRMA COLLÍN

Si el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de Oviedo estuvieran de acuerdo en todo lo que concierne al futuro de la fábrica de armas de La Vega y hoy mismo firmaran el protocolo a seguir que ha diseñado la administración local, la ciudad no empezaría a intuir el nacimiento de esa nueva pieza urbanística hasta dentro de 44 meses. Es decir, si todo fuera por el libro, sin retrasos, parálisis ni problemas administrativos de cualquier tipo, las máquinas no empezarían a cambiar la cara de La Vega hasta San Mateo de 2021. En realidad, teniendo en cuenta que el protocolo todavía no se ha suscrito y añadiendo la demora habitual de este tipo de planes especiales, todo indica que no será el nuevo equipo de Gobierno que salga de las elecciones del próximo año, sino el siguiente, el que pueda empezar a hacerse fotos con el renacer de la fábrica de La Vega.

El documento que ya analiza el Ministerio de Defensa incluye un detallado cronograma que en su primera parte arranca con la firma del protocolo y exige, como primera medida, que se resuelvan las diferencias sobre la propiedad en un plazo de dos meses. Es, también, el tiempo que las administraciones se dan para inventariar los bienes de la Fábrica, de la que destacan la portada y ventana románicas (s. XII) incorporadas hoy a la capilla de Santa Bárbara de principios del siglo XX y el claustro barroco (s. XVII-XVIII) obra de Pedro Antonio Menéndez, que fue también el arquitecto del hospicio, hoy hotel de La Reconquista. En esa enumeración de bienes susceptibles de protección, el Ayuntamiento también recuerda que se encuentran la caseta de peaje, la chimenea de ladrillo de la antigua fundición y hasta 15 de las 23 edificaciones industriales que se encuentran en el recinto de 118.730 metros cuadrados.

La catalogación de todos estos inmuebles, incluyendo su estado de conservación, las demoliciones totales o parciales propuestas, propuestas de usos y grandes de protección integraría la siguiente fase, de ocho meses.

Ahí se abriría en proceso de participación ciudadana, muy similar a la ocurrido con los terrenos del Cristo, que llevaría otros ocho meses, a contar desde la fase anterior. Las conclusiones de este trabajo de participación ciudadana se incorporarían a las exigencias del pliego de condiciones del concurso internacional de ideas que se convocaría posteriormente.

De este concurso (otros ocho meses) saldría el equipo ganador, con sus propuesta y el premio de que ésta sería la que se llevara a cabo, igual que ha sucedido con el proyecto del Bulevar de Santuyano. Pero esa propuesta obligaría antes a la redacción de nuevos documentos urbanísticos, actualización del Plan General, con un total de seis meses y la aprobación final del plan especial para La Vega, que según los cálculos del Ayuntamiento llevaría un plazo máximo de tramitación administrativa, de un año. Casi cuatro años. Posiblemente, mucho más.

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