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"Nuestras casas se llenan de polvo negro todos los días ", dicen los afectados

"Cada vez que pasamos la mopa por el suelo y los rodapiés y limpiamos las ventanas, el resultado es el mismo. Los trapos salen completamente negros. Nuestras casas se llenan de polvo negro todos los días". El presidente de la comunidad de vecinos del número 36 de la avenida de Pumarín, Francisco López, asegura que los residentes del edificio lidian con tal cantidad de suciedad desde que el bazar chino que ocupaba la planta baja quedó devastado por un incendio el 9 de febrero del año pasado. Los residentes temen que haya partículas de amianto entre esos restos. Están seguros que el polvo procede del patio de luces en el que se encontraban los expositores y el almacén del bazar incendiado.

Un año después del siniestro, la cubierta de la tienda -hecha de amianto- permanece quemada y retorcida en el patio interior de una manzana de edificios de Pumarín entre los que se encuentra el número 36. Los residentes no sólo tienen miedo a estar respirando partículas dañinas para la salud, sino que también soportan moho en las paredes de sus domicilios provocado por la pérdida de la capa de protección contra la humedad. Las llamas destruyeron esta barrera antes presente en los muros del edificio de la avenida de Pumarín.

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