El futuro del campo del Real Oviedo Rugby, abocado a quedar fuera de la competición oficial al no poder homologarse conforme a la nueva normativa de la federación si no se acometen obras urgentes, sigue siendo muy negro. Ayer el Principado, propietario del terreno, confirmó que el Ayuntamiento nunca le ha pedido, en los últimos tres años que arreglara el campo ni ninguna otra gestión. Mientras, en el Ayuntamiento, la concejala de Deportes, Mercedes González, dejó la pelota en manos del Alcalde, Wenceslao López, al que pidió que propiciara un acuerdo unánime sobre el futuro del campo del Naranco.

El director general de Deportes, José Ramón Tuero dice llevar esperando desde 2015 una llamada del Ayuntamiento para concretar una cesión de la titularidad por 25 años que permita reparar el equipamiento. "El concejal de Deportes y el Consistorio no saben o no contestan desde hace tres años", asegura. Tuero descarta en todo caso la asunción de las obras por parte de su departamento. "Se trata de un equipo de ámbito municipal y sentaríamos precedente para atender las demandas de muchos clubs sin disponer de presupuesto para ello", explica el director regional. No obstante, admite, arrepentido, que no siempre ha sido así. "Es cierto que en 2008 pagamos el campo de fútbol del Vallobín, pero no debemos de caer en el mismo error", añade.

Con todo, el representante del Principado admite la urgencia de solucionar la situación crítica de un equipo que podría verse abocado a dejar el municipio en septiembre si no consigue acometer las obras para disponer de un terreno de juego que cumpla la normativa. "Si el Ayuntamiento no quiere arreglar el equipamiento actual debe buscar una ubicación mejor para el club porque se lo merece", reclama Tuero.

Mientras tanto, crecen los apoyos para que el Real Oviedo Rugby pueda por fin disponer de un campo digno para un equipo de la segunda división nacional. El propio presidente del Real Oviedo de fútbol, Jorge Menéndez Vallina, instó ayer a "alcanzar un acuerdo" entre las administraciones para acabar con la precaria situación del equipo ovetense. "Hay que acordar una solución ya porque da pena tener peores instalaciones para ese deporte de las que había hace 25 años", apunta, muy conocedor de la causa como jugador de rugby que fue en su juventud. "Lo que se está pidiendo no es tanto", indica el que también fuera concejal de Deportes del Consistorio. "En mi etapa avanzamos para desbloquear la situación, pero después el asunto quedó parado", declara el dirigente del club del que el equipo de rugby tomó la denominación tras una acuerdo hace tres años. "Colaboramos en todo lo que podemos", indica Vallina.

Por su parte, el presidente de la federación regional, Alberto Pérez, mostró ayer su respaldo total al club. "Jamás vi un campo tan malo como este y recorrí toda España arbitrando", apunta inflexible a la hora de exigir el cumplimiento de las normas a la entidad ovetense. "Si el 1 de septiembre no está arreglado el campo, se prohibirá jugar en él", y apunta al ejemplo de Gijón: "allí el patronato deportivo facilita y mantiene los campos en perfecto estado".

En Oviedo, a la espera de un informe sobre las obras que necesita el campo, la concejala Mercedes González confió en que haya una decisión unánime por parte del equipo de Gobierno sobre el campo con la que negociar con el Principado, y aseguró que desde hace una semana el Alcalde cuenta con un escrito suyo en este sentido.