El concurso para contratar la sustitución de 121 farolas isabelinas de la época de Gabino de Lorenzo por otras de diseño más funcional genera importantes recelos y suspicacias en el sector. Responsables de empresas conocedoras del caso afirman que el proceso está siendo "dirigido" para favorecer a un determinado fabricante. Sería el mismo que se ha comprometido a presentar una farola de muestra dentro de un plazo que habría sido modificado "a su medida". Un margen temporal que -también a juicio de los profesionales consultados- resultaría "insuficiente" para preparar un modelo de columna totalmente nuevo. A no ser, y ahí está la sospecha, que se tuviera conocimiento previo desde hace meses de lo que busca el Ayuntamiento.
El responsable de una de las principales firmas españolas del sector, que mostró interés en este concurso, asegura que ha decidido no concurrir por considerar "imposible" que su firma o cualquier otra pueda cumplir los plazos temporales exigidos por el tripartito, a no ser que disponga de esa información previa y privilegiada sobre el modelo a fabricar. A su juicio, corroborado por profesionales asturianos, el proceso de creación de la muestra para concursar duraría un mínimo de ocho semanas. Sin embargo, la empresa que sería presuntamente beneficiada se ha comprometido a tener listo su modelo en menos de cinco, dentro del último plazo establecido por el tripartito y considerado "inviable" por su principal competidor. Una opinión similar a la de otros empresarios asturianos consultados, que piden anonimato y que cargan la responsabilidad de este asunto en el nivel funcionarial y no en el político.
La licitación
La licitación del contrato para renovar las farolas, de medio millón de euros, se publicó en el Boletín Oficial del Estado el pasado 17 de enero, con un plazo para la presentación de un ejemplar de muestra (una farola de fundición) que concluía el 12 de febrero. Una firma madrileña registró el 7 de febrero un escrito en el que solicitaba una ampliación del plazo de dos meses de duración, sobre la base de que, a su juicio, ninguna empresa estaba en disposición de cumplir con lo establecido inicialmente. Y es que el encargo consiste en diseñar un modelo de columna nuevo, que no se encuentra en el catálogo oficial de ninguna compañía del sector y que, por tanto, obliga a llevar a cabo todo el proceso de fabricación, desde los planos hasta los ensayos finales, incluyendo la fundición de piezas. "Diversas empresas licitadoras nos han solicitado oferta económica y muestra del citado punto de luz. Desde nuestra empresa se les ha respondido a todas ellas indicándoles que no es posible el envío de la muestra en el plazo requerido en el pliego", apuntaba este fabricante en una reclamación al Ayuntamiento en la que también ponía de manifiesto un cúmulo de carencias en el pliego de condiciones que hasta impedía conocer con un mínimo detalle qué farola se pedía.
Además de esta firma, con sede en Alcalá de Henares, también reclamó una ampliación del plazo, aunque considerablemente menor, una empresa catalana. En su caso, consideraba suficiente contar con un par de semanas más de trabajo, pasando el plazo del día 7 al 20 de febrero y comprometiéndose a presentar una columna de muestra si se aceptaba tal pretensión.
El funcionario encargado del contrato consideró excesiva la petición de Linsa Jareño y propuso un nuevo plazo que expiraba el 26 de febrero, dentro de las pretensiones del otro fabricante. Pese al informe técnico, la Junta de Gobierno acordó ampliar dos semanas más el plazo, hasta el 13 de este mes, para "garantizar la mayor concurrencia posible".
Llegados a este punto, las fuentes del sector consultadas coinciden en señalar que resulta muy complicado que haya más ofertas que las comprometidas por la empresa catalana en su momento. Distintas empresas de la región consultadas insisten en que el pliego de condiciones es un "traje a medida" para una empresa concreta que, además, ha sido durante muchos años suministrador exclusivo del Ayuntamiento.
