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La mujer del preso "resucitado" a sus dos rescatadores: "Nos habéis salvado la vida"

Los miembros de la familia de Gonzalo Montoya se reúnen con los dos carniceros de Ventanielles que les ayudaron a salir de su casa en llamas

Katia Tarancón muestra la zona en la que se originó el fuego. I. COLLÍN

El incendio que se inició el miércoles en un bajo de Ventanielles, que estuvo a punto de costarle la vida a cinco miembros de una misma familia, se apagó ayer definitivamente con un final feliz. Los afectados -la mujer, los hijos y una cuñada de Gonzalo Montoya, el preso que fue dado por muerto y "revivió" cuando iban a hacerle la autopsia en la morgue- se fundieron en un abrazo con los dos hombres que consiguieron sacarles de la vivienda en la que todos dormían mientras las llamas ya salían por la ventana. "Nos habéis salvado la vida", les dijo la mujer del reo, Katia Tarancón, en cuanto ambos llegaron a su casa.

El encuentro se produjo frente a la vivienda afectada, situada en la calle Río Narcea. Los dos "héroes" les contaron a los miembros de la familia que estaban desayunando en un bar cercano -que curiosamente se llama "Los Ángeles"- cuando se percataron de que había fuego en la vivienda. Uno de ellos, Arsenio Álvarez, entró en el portal, derribó la puerta del piso y ayudó a los inquilinos a salir a la calle. El otro, David González, avisó al resto de los vecinos del bloque por si el incendio se extendía. "Estaba todo lleno de humo y tuve que gritar para que salieseis porque no os despertabais. La verdad es que al principio fue un susto muy grande", les explicó Álvarez a los Montoya.

Las cinco personas que estaban en la casa, tres de ellas menores de edad, tuvieron que ser trasladadas al hospital por intoxicación, pero a las pocas horas ya estaban de vuelta. "Gracias a Dios estamos todos bien, aunque los pequeños no han podido ir al colegio porque todavía tienen el susto en el cuerpo", aseguraba Katia Tarancón al tiempo que mostraba los daños causados por el fuego. "Cuando me levanté estaban quemando las cortinas y los armarios. Menos mal que nos avisaron porque no me había enterado de nada", afirma Marcos Montoya, el adolescente que dormía en la habitación en la que se originó el incendio. Al final, lo que pudo ser una tragedia, se quedó en un susto.

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