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"Oí gritos de socorro, fui al baño y vi a Dora atravesada dentro del ventanuco"

Alin Adamarici, que atendió desde su servicio a la mujer que cayó por el tiro de ventilación, asegura necesitar "ayuda psicológica" tras el suceso

"Estaba en el salón y empecé a sentir voces que no sabía de dónde venían. Me levanté. Oí gritos de socorro, fui al baño y vi a Dora atravesada dentro del ventanuco. Me llevé un susto tremendo porque no esperaba ver un cuerpo al abrir la portezuela que hay encima de la bañera". Alin Adamaciri atendió a Adoración Gandarillas el martes por la mañana a los pocos segundos de que su vecina, fallecida el martes en el trágico suceso, cayera por el tiro de ventilación del edificio número 11 de Matemático Pedrayes. Adamaciri aún no se ha recuperado y asegura necesitar "ayuda psicológica" tras el suceso.

La caída de Adoración, de 94 años, alertó a buena parte de la comunidad. Dora, como la conocían cariñosamente, pidió ayuda en cuanto perdió el equilibrio. Primero impactó con una de las tuberías que atraviesan el espacio -de medio metro de diámetro- quedando a unos dos metros del punto desde el que se había precipitado y a la altura del ventanuco del baño de Alin, un joven de 35 años que vive con su madre, Dominica Murarescu, en el octavo.

Aquella mañana Alin estaba solo en casa preparando trabajos de confección (se dedica a la sastrería), cuando oyó los gritos de Dora. Al llegar a la parte del relato en la que explica cómo descubrió a su vecina detrás de la pared de su bañera se para y guarda silencio. No quiere fotos. Sólo su madre prosigue la historia y muestra la ventana de ventilación del baño. "Los bomberos vinieron muy rápido y entraron en casa, pero al mirar por el ventanuco Dora ya no estaba".

La mujer se había ido colando por el conducto mientras rompía las cañerías por el peso de su cuerpo y sus intentos de agarrarse a los tubos. El agua de las cañerías, fría y caliente, salió a chorros y cayó sobre la mujer. "La policía le dijo a mi hijo que tirase una toalla para proteger a Dora", explica Dominica, para quien la fallecida era una de sus vecinas más queridas y respetadas.

El resto de vecinos todavía no se explica cómo es posible que Adoración se cayese por un hueco de ventilación interior. Todos los residentes con los que ha hablado este periódico afirman ignorar que hubiese un tiro vertical de 21 metros en la planta de los trasteros, en el último piso del edificio. Ni siquiera tienen llaves para abrir la puerta que lo tapa, que es exactamente igual a las de los cuartos trasteros. Al parecer, según las primeras investigaciones e hipótesis, Dora disponía de esas llaves y había ido a buscar allí unos tableros.

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