El libro del ingeniero municipal Gregorio Abril "Historia del abastecimiento de agua a Oviedo" ha sido una orientación fundamental para trazar la Ruta Azul organizada por la Escuela Municipal de Sostenibilidad y que ayer por la mañana condujo a medio centenar de personas por algunos de los lugares claves de la historia del agua en la capital asturiana. La actividad, con un itinerario secreto que los participantes tenían que ir descubriendo con pistas y juegos, levantó tal expectación y dejó tal lista de espera que es muy probable que se repita.

El itinerario, guiado por Luna Puentes y Begoña Honrado, comenzó en la plaza de Feijoo al mediodía, frente al lugar en el que la tradición cuenta que nació Oviedo. Desde allí discurrió a través de la ciudad, de la Foncalada a la fuentona del paseo del Bombé, en el Campo San Francisco. Pasó por el Fontán, la Puerta Nueva -en el Campillín- y el Auditorio, que fue una de las paradas que más sorprendió, por los vestigios de los antiguos depósitos de agua.

Ese fue el caso de Paco Puentes y Carmen Poveda, cordobeses los dos y él trabajador de la empresa de aguas de la ciudad andaluza durante más de cuarenta años. Hicieron el recorrido con su nieta, África López, y al acabar reconocieron haber descubierto muchos rincones interesantes. Entre quienes hicieron el recorrido estaba la decana del Colegio Oficial de Arquitectos, Sonia Puente, que comentó que la ruta le había ayudado a ordenar sus conocimientos sobre la traída de agua a Oviedo.

Las guías hablaron de los manantiales que, en el interior del recinto urbano, surtían de agua a los habitantes de Oviedo; del anillo de Granda, construido por Alfonso II y que traía el agua desde San Esteban de las Cruces; y del acueducto de los Pilares, que la conducía desde el Naranco. También del Aramo, desde donde llega en la actualidad.