La supresión de los nombres que evocan al franquismo en las calles de Oviedo, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, y la colocación de un nuevo modelo de placas identificativas, más práctico y menos costoso, es un símbolo de la democratización y modernización de la ciudad liderada por el alcalde, el socialista Wenceslao López, al frente del Gobierno Municipal. Además del destierro de los vestigios de la dictadura en el callejero de la ciudad y la modernización de las placas identificativas, esta renovación cumple un tercer objetivo que ya formaba parte del programa electoral de los socialistas ovetenses: el aumento del número de mujeres que dan nombre a las vías públicas de la ciudad.

Son 21 las calles que se adaptarán a la Ley de Memoria Histórica y en las que algunos nombres como Calvo Sotelo o 19 de julio, dejarán paso a Federico García Lorca o calle del Progreso, por ejemplo. Generales o personajes vinculados a la dictadura franquista son sustituidos por humanistas y personalidades del mundo de la ciencia. El cambio de nombres supone la "recuperación de la salud democrática de la ciudad", en palabras del edil socialista Ricardo Fernández, quien antes de su llegada al gobierno municipal, logró con una denuncia la retirada del medallón de Franco de la Plaza de España.

El concejal de Seguridad Ciudadana considera inimaginable en una democracia europea que se mantenga el homenaje a una dictadura en sus calles, como ha sucedido durante once años en Oviedo, y en España, en general. El gobierno del PP solo cambió el nombre de tres calles en la ciudad desde que en 2007 se aprobó la ley. "Es un anacronismo con el que se ha convivido de manera innoble", asegura.

La adaptación a la normativa ha servido también para saldar una deuda histórica con la memoria de las mujeres, prácticamente invisibilizadas en el callejero -con tan solo un 5% de presencia- y en muchos casos, relegadas a vías con menor relevancia urbanística que las de los varones. La aplicación de la Memoria Histórica en Oviedo ha servido para reivindicar el nombre de once mujeres: escritoras, pedagogas, profesoras, historiadoras?, y colectivos como Las Maestras de la República o Trece Rosas.

La concejala de Atención a las Personas e Igualdad, Marisa Ponga, recuerda que parte de la historia de una sociedad se recoge en gran medida en su callejero, integrado por personas que forman parte de la memoria colectiva y que dan testimonio de unos hechos. Por eso es tan importante "el reconocimiento hacia las mujeres que hacemos desde las calles de Oviedo", asegura la edil del PSOE. Las mujeres que se han incorporado al callejero ovetense fueron el pasado año las protagonistas de una exposición organizada por la Concejalía de Igualdad con motivo del 8 de marzo.

La actualización del callejero comienza con la colocación de la placa correspondiente a Federico García Lorca, en la antigua calle Calvo Sotelo. Será también el estreno del nuevo diseño de las identificaciones que, además de las 21 calles de la Memoria Histórica, se ubicarán en puntos de otras 78 vías públicas que precisan la instalación de una placa.

La identificación, que tienen el fondo azul y las letras en blanco, combina el castellano y el asturiano, mediante la fórmula "calle/cai de" al lado de la imagen corporativa del municipio. En el caso de las calles afectadas por la Ley de la Memoria Histórica contarán con doble leyenda. La azul, general para todas las calles, y una más estrecha que se colocará debajo con fondo blanco y letras en color azul, con el lema: "Nombre modificado en aplicación de la Memoria Histórica".

La Concejalía de Infraestructuras y Servicios Básicos, que dirige la socialista Ana Rivas, es la encargada de la colocación de las nuevas placas, elaboradas en aluminio y con material reflectante, que las hace mucho más visibles tanto desde los vehículos como para los peatones. La edil subraya que el nuevo modelo es "más sencillo, práctico y bastante menos costoso" para las arcas municipales que el actualmente existente, de la etapa de Gabino de Lorenzo al frente de la alcaldía, en bronce con acabado en negro y dorado, que en muchos casos las convierte en casi ilegibles. Rivas hace hincapié en que, por el momento, no se van a quitar las placas actuales -salvo en el caso de las calles de la Memoria Histórica, que cambian de nombre-, pero sí se colocarán los nuevos diseños en los cruces de calles que actualmente no disponen de identificación.