"Bajo la calle Martínez Vigil, hacia la mitad desemboca la calleja de la Ciega, la más oscura de Oviedo. Son unos cincuenta metros de humedad y luz mortecina donde ya no vive nadie. Refugio de drogadictos y pordioseros durante la noche, sus antiguos pobladores tuvieron que salir huyendo de las malas condiciones de los sótanos".