Primero fue "El Cantor de México", toda una fiesta sobre el escenario del Campoamor; luego "La Verbena de la Paloma, pensión completa", la revisión de un clásico no exenta de polémica. Ayer llegó al Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo una zarzuela con una puesta en escena clásica, con libreto y música del maestro Manuel Penella, basada en la obra del Nobel Jacinto Benavente, con voces grandes y una historia trágica que hizo que los espectadores llegaran al final sin aliento. En su estreno en la ciudad, "La Malquerida" logró mantener la atención del público, que reconoció el trabajo interpretativo de cantantes y actores, y del resto del elenco, con cinco minutos de aplausos y bravos.

"La Malquerida" que ayer llegó al Campoamor es una coproducción de los Teatros del Canal y el Palau de les Arts, que se estrenó el año pasado en Madrid y que había permanecido olvidada desde su estreno 1935, arranca con un número de mariachis. Emilio López, el director de escena, y Manuel Coves, el musical, descargan tensión de la narración con esas alusiones a México, donde "La Malquerida" es una historia muy popular y un país con el que Manuel Penella mantuvo un vínculo tan estrecho que murió y está enterrado allí.

La escenografía de "La Malquerida" se resuelve con un ingenioso decorado, con cierto tono cinematográfico. Los acontecimientos se suceden, el misterio se va desvelando, el desenlace avanza y los personajes entran y salen de un decorado de una sola pieza y giratorio, que recrea una hacienda mexicana.

Las romanzas, las coplas y los dúos se entremezclan con los diálogos, que son largos y que tienen un gran peso en la función. Los cantantes alternan la interpretación de las canciones y la de los textos hablados. Cristina Faus, como Raimunda, y Sonia de Munck como Acacia, son las dos grandes protagonistas de la historia, en las que son las actrices las que dominan la escena. César San Martín, que interpreta a Esteban, les da la réplica.

Cristina Faus se ganó ayer los aplausos más sonoros, por su habilidad para dar forma a un papel complejo: el de una mujer que se debate entre el amor por su hija y la pasión por su esposo. Y Alejandro Roy, que da vida a Norberto, también recibió una gran ovación.

Los secundarios de "La Malquerida" también hicieron un trabajo notable. Ellos fueron, a lo largo de la obra, los que rebajaron la tensión dramática que de otro modo habría podido llegar a ser asfixiante. María Garralón -la inolvidable Julia de la serie de televisión "Verano azul"- interpreta a Juliana una criada resolutiva y descarada; el ovetense José Antonio Lobato es "El Rubio", el personaje más malvado y antipático de "La Malquerida"; y Juanma Cifuentes, Rufino, el sirviente bonachón y gracioso que comparte con Sandra Fernández, Benita, uno de los raros momentos felices de la obra, con el dueto de los labradores y sus sueños de "matrimonio agrario".

"La Malquerida", de dos horas y media de duración y con tres actos, volverá a representarse en el Campoamor mañana, a las ocho de la tarde.