El dúo Igudesman & Joo contagió su buen humor al público que ayer acudió a escucharles al Auditorio. Su espectáculo, ecléctico, difícilmente se puede clasificar como un concierto de música sinfónica, a pesar de contar con la participación de la orquesta Oviedo Filarmonía y la dirección musical del valenciano Rubén Gimeno. En este espectáculo se combinan obras de música clásica, pop, rock y altas dosis de humor.

Saludaron en asturiano al público y los asistentes alabaron bastante ese detalle. Supieron implicar al público desde el primer compás. Todos respondieron muy bien, cantando y con las palmas. Igudesman & Joo, que utilizaron guitarras eléctricas y bubucelas, también se implicaron, bailando y actuando. Y el director, Rubén Gimeno, hizo de maestro de ceremonias en la segunda parte: fue el "Súper Maestro", el único con poder para controlarlos a todos.

Sería injusto decir que Aleksey Igudesman es violinista y Hyung-ki Joo toca el piano, ellos convierten la música en comedia pero sin caer en la banalidad, ni ceder ni un ápice en lo que a calidad musical se refiere. Ambos actúan, cantan y consiguen que el resto de músicos sobre el escenario se contagie del buen humor que destila su "performance". El espectáculo de ayer viene de su anterior "A little nightmare music" (una pequeña pesadilla musical), que tanto éxito les ha reportado a nivel mundial, pero en esta ocasión incorporan una orquesta sinfónica completa.

Ayer demostraron que son buenos músicos. Fusionaron Mozart con la banda sonora de James Bond. En la segunda parte hicieron un concurso entre Igudesman y Joo para decidir qué instrumento era mejor y perdieron los dos. Y para terminar fusionaron otra vez Mozart con "I will survive" y "Campanitas" y convirtieron el Canon de Pachelbel y la Novena de Beethoven en un rap.