"El consumo de hipnosedantes está aumentando de forma alarmante entre los jóvenes; así como las bebidas energéticas mezcladas con alcohol". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA José Ramón Hevia, jefe del servicio de Promoción de la Salud y Participación del Principado, uno de los ponentes en la mesa redonda organizada en colaboración con "Socidrogalcohol", para analizar las adicciones en los jóvenes asturianos y las alternativas para prevenirlas.

Las pastillas tranquilizantes y somníferos, cuarta droga de mayor consumo en España por detrás del alcohol, el tabaco y el cannabis, adelantan su edad de inicio, y rompen la tendencia que se daba hasta hace poco.

Las drogas "tradicionales" también preocupan a los especialistas. La encuesta del Plan Nacional de Drogas de 2017 constata que el 76 por ciento de los jóvenes entre 14 y 18 años ha consumido alcohol en los últimos doce meses. El tabaco se sitúa en un 29% y el cannabis en un 18%, lo que representa porcentajes algo más bajos en relación con los estudios de 2015. Lo que se mantiene invariable es la edad de inicio a la bebida, que oscila entre los 13 y los 14 años. María Jesús Antuña Díaz, presidenta autonómica en Asturias de "Socidrogalcohol" (Sociedad Científica Española de Estudio sobre el Alcohol, el Alcoholismo y otras Toxicidades), advirtió que es necesario trabajar desde la educación. "Las medidas punitivas no son lo mejor. A las discotecas entran menores, no se cumple la ley y, a la vez, los padres justifican el comportamiento de los hijos; la familia lo ve normal y es necesario cambiar esa mentalidad", indicó.

Enrique Álvarez de Morales, psiquiatra en el área VIII, otro de los participantes en la mesa moderada por César Sanz de la Garza, presidente de la Asociación española de Neuropsiquiatría (AEN), en Asturias, alertó sobre el consumo de nuevas sustancias alegales que no se detectan en los controles de drogas habituales. María Vallina, jefa del servicio de Orientación Educativa y Formación del Profesorado del Principado, recalcó que las adicciones no son sólo un problema educativo. "Es problema social que necesita una mirada integral; la familia y los centros educativos son claves en la labor de prevención", señaló.