La lista de socios de la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) está en caída libre. La supresión del reparto de bollos preñaos y de vino en la última edición de la Ascensión ha acabado por mermar una maltrecha nómina que ha perdido más de medio millar de personas en los últimos tres meses. De los 4.200 asociados que había a principios de año, la cifra ha descendido aproximadamente a 3.700. Y bajando.

La huida de asociados comenzó en el momento en que el gobierno local decidió cerrar parcialmente la SOF al suprimir la financiación que le aportaba, extinguiendo los contratos de todos los trabajadores salvo el contable y eliminando la mayor parte de las competencias de la entidad a excepción de la organización del Desfile del Día de América en Asturias y el reparto de bollos y vino en San Mateo. La decisión se hizo efectiva en enero y el goteo de bajas empezó el 1 de febrero ante la incertidumbre sobre el futuro de la sociedad. Tres meses después, el goteo se convirtió en río cuando el concejal de Cultura y todavía presidente efectivo de la Sociedad de Festejos, Roberto Sánchez Ramos, anunció que el Ayuntamiento no iba a pagar los más 17.000 euros en bollos y botellas de vino para que los socios celebrasen la Ascensión.

Los nuevos estatutos

La aprobación de los nuevos estatutos de la SOF -que plasman las nuevas competencias de la entidad al margen del Ayuntamiento- depende del visto bueno de la asamblea general de socios, que debe reunirse en el primer semestre del año. Es decir, la junta de gobierno (presidida por Sánchez Ramos) tiene que convocar a los asociados antes del 30 de junio si quiere que el nuevo reglamento salga adelante. Curiosamente, puede ocurrir que los socios lo rechacen o voten a favor de disolver la SOF.

En caso de que haya luz verde, el siguiente paso será nombrar otra junta de gobierno formada por representantes ajenos a la actividad política municipal como hasta ahora. Según el texto de los nuevos estatutos al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, "los miembros de la junta de gobierno serán elegidos por la asamblea general entre los socios mayores de edad en pleno uso de los derechos civiles y que no estén incursos en causa de incompatibilidad". Los socios que quieran presentarse deberán anunciar su candidatura antes de las 14 horas del día hábil anterior a la celebración de la asamblea. Además, cada candidatura estará compuesta por un número de entre siete y diez socios, y contener la asignación de presidente, vicepresidente, secretario y tesorero.

Las cuentas

Los fondos económicos de la sociedad tampoco atraviesan un buen momento. De hecho, la deuda total asciende a 607.000 euros de los que 425.000 obedecen a las facturas pendientes que la SOF tiene que abonar a proveedores y artistas, mientras que el resto -182.000 euros- es el dinero de las indemnizaciones de los trabajadores despedidos, entre los que se encuentra el director técnico Javier Batalla y la secretaria técnica Eulalia García-Vallaure.

El pago de la cuota anual de la SOF -diez euros- tampoco sirve de mucho para sanear las cuentas. De los 4.200 asociados, sólo algo menos de la mitad pagó la cuota el año pasado.

Los despedidos

Los exempleados de la SOF están a la espera de que la magistrada del Juzgado de lo social número 2 de Oviedo emita sentencia sobre sus despidos. Las sesiones giraron en torno a una carpeta de pruebas para demostrar que los extrabajadores ejecutaron órdenes del personal municipal y mantuvieron una relación contractual con el Ayuntamiento. Su abogada, Monserrat Palicio, solicitó que los despidos sean declarados nulos, o, en su defecto, improcedentes abriendo la puerta a una readmisión. Pero la letrada del Ayuntamiento, Lourdes Morate, y el de la SOF, José Luis Lafuente, reclamaron que la demanda se desestime. El 7 de junio, los despedidos volverán a enfrentarse en los tribunales con el Ayuntamiento. Y es que habían demandado hace meses al Consistorio, cuando aún estaban en activo, por cesión ilegal de trabajadores.