"En los próximos cien años llegaremos a cartografiar todos los agujeros negros del Universo; sabremos situarlos exactamente". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA José Luis Fernández Barbón, investigador del Instituto de Física Teórica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuyo trabajo versa principalmente sobre la teoría cuántica de los agujeros negros.

Fernández Barbón, doctor en Física Teórica, que participó en el ciclo "¿Qué sabemos de??", organizado en colaboración con el CSIC, explicó que el agujero negro rompe las leyes de la Física enunciadas por Einstein. "Son lugares en los que las normas que conocemos pierden sentido. El interior de un agujero negro es como una catarata, como todo está cayendo, la luz es arrastrada, nada puede salir", indicó.

Einstein enseñó que la gravedad es efecto o consecuencia de la geometría curva del espacio-tiempo. Los cuerpos dentro de un campo gravitatorio siguen una trayectoria espacial curva, aun cuando en realidad pueden estar moviéndose según líneas de Universo lo más "rectas" posibles a través un espacio-tiempo curvado. "La razón por la que el Universo está casi vacío es que es muy viejo y ahora sabemos que no siempre estuvo así de vacío; en el pasado remoto estaba mucho más lleno", aseguró el científico.

José Luis Fernández Barbón, que fue presentado por la delegada del CSIC en Asturias, Ángeles Gómez Borrego, se refirió a la teoría del Big Bang, según la cual el Universo nació hace aproximadamente 14.000 millones años de un único punto que estaba contenido en el espacio, y que a partir de ahí se expandió continuamente. A esta conclusión llegó Edwin Hubble en 1929, al observar que la Vía Láctea se alejaba a una velocidad proporcional a la distancia que mantenía con la Tierra. Uno de los objetivos actuales es saber si el Universo seguirá creciendo o si algún día parará. "La gran sorpresa es que desde hace 20 años sabemos que esa expansión no se frena, se acelera. Hay algo que está empujando a las galaxias ahora; algo que tira de ellas, una especie de motor; no existe un límite de velocidad a la que se pueda expandir el Universo", aseguró el conferenciante. "El espacio es un medio elástico, se deforma con la energía; así se entienden las ondas gravitacionales", añadió. Fernández Barbón ha trabajado en Princeton (EE UU) y ha sido investigador en el CERN (Ginebra).