Los niños de sexto de primaria del colegio de Fozaneldi, prácticamente todos los alumnos de este curso en el que están matriculados medio centenar de niños, no acudieron ayer a clase y así evitaron someterse a la "reválida", nombre popular de la prueba de evaluación de diagnóstico de final de etapa que marca la última reforma educativa.

Niños y padres se concentraron a las nueve de la mañana a la puerta del colegio y mostraron pancartas en contra de este examen de dos días que se presenta como un contenido lectivo más.

Saray de Paz, madre de una de las alumnas afectadas por esta situación y que ayer no acudió a clase, explicó que la información que se ha dado a las familias y al alumnado sobre la prueba "no es clara, ni precisa". Y se preguntó que "si no tiene influencia en el expediente ¿Para qué se hace?". Tanto el Ministerio como la Consejería de Educación mantienen que los resultados de la prueba no tienen ningún valor a nivel académico ni se verán reflejados en el expediente del alumno.

Los padres mantienen que en el proceso de esta prueba "no se ha tenido en cuenta a la comunidad educativa" y la única información que obtuvieron, no demasiado clara según ellos, fue en una reunión promovida por la AMPA.

Critican, además, que no hay ningún motivo "para someter a los niños al estrés de una prueba de dos días si en realidad no vale para el expediente". También denuncian ciertas preguntas a las que han tenido que enfrentarse las familias en unas encuestas que deben rellenar los padres y que forman parte de la evaluación.

"Nos han preguntado el nivel de estudios de los padres y hasta si había buena relación entre nosotros", denunció Saray de Paz, que calificó de "intromisión en la vida privada" ese tipo de cuestiones.

No todos los colegios ovetenses tenían ayer y hoy examen de reválida. Educación realizó un sorteo el año pasado y así en 2017 fueron unos centros, este año otros y en 2019 serán otros.