Hablar de Santos Muñoz Díez es hablar de Oviedo. Por eso, la Sociedad Protectora de La Balesquida ha nombrado socio de honor 2018 a este técnico jubilado del Banco de España, que a sus 96 años posee una memoria prodigiosa sobre fechas, nombres y hechos relacionados con la historia de una ciudad en la que pese a no haber nacido -lo hizo en Benavente pero su familia le trajo a la capital asturiana a los pocos días- ama profundamente.

Muñoz Diez tomó ayer la palabra en el patio de columnas del Palacio del Conde de Toreno tras la presentación del presidente y vicepresidente de la Sociedad Protectora de La Balesquida, José Antonio Alonso Menéndez y Francisco Javier Gómez Tuñón. Estaba emocionado por las muestras de cariño, pero aun así bromeó con la que a su juicio es una aportación pequeña a la entidad. La suya. "Me he limitado a ir al pregón, a comer los bollos preñaos y a beber ese vino blanco tan rico que muchos aprecian para hacer los guisos".

El alegato por la SOF

Bromas aparte, se refirió a La Balesquida como "una sociedad protectora que está incrustada en Oviedo". Tuvo palabras de cariño para el Real Oviedo, al que sigue en cada partido e incluso sorprendió a la sala con un alegato a favor de la Sociedad Ovetense de Festejos, con la que colaboró muchos años para ayudar en la contabilidad y administración: "Como socio de la SOF me permito rogar al Alcalde que haga lo posible para que la difícil solución que necesita la entidad tenga un resultado satisfactorio para todos. Oviedo se lo agradecerá". El socio de honor de La Balesquida, o como a él mismo le gusta llamarse, "balesquido", le dedicó el discurso a su familia, especialmente a su mujer María Teresa, ya fallecida, y a su hermana Conchita.

El presidente de la Sociedad Protectora aseguró que la decisión de otorgarle el título a Santos Muñoz había sido muy sencilla y había contado con unanimidad al tratarse de "un carbayón ejemplar" y ser una persona "cuyos hechos y espíritu encajan perfectamente en los valores de esta Sociedad Protectora".

Resultó apabullante la lista de méritos del homenajeado que el vicepresidente Gómez Tuñón detalló en la glosa que hizo. "Es una de las figuras indispensables e importantes que forman el paisaje urbano de Oviedo". Aficionado a la Ópera y la Zarzuela, colaborador de la SOF, tertuliano, unos de los fundadores del club de hockey Patín Cibeles, técnico del Banco de España o miembro de buena parte de las asociaciones culturales de la capital asturiana, el Ayuntamiento le entregó la Medalla de Plata de la ciudad en 1974. "El hockey llegó a la ciudad de la mano de Santos en 1951", explicó el vicepresidente de la Sociedad Protectora de La Balesquida, que también quiso rescatar uno de sus lemas preferidos a la hora de gestionar las contrataciones o actuaciones festivas de Oviedo; "Aquí se paga a todo el mundo y puntualmente".

Los discursos terminaron con una fuerte ovación del público, entre el que se encontraba el director del Archivo Histórico Diocesano, Agustín Hevia Ballina; el presidente de la Sociedad Filarmónica, Jaime Álvarez-Buylla; o la concejala del PP, Belén Fernández Acevedo. El Coro del Conservatorio Superior de Música, "Eduardo Martínez Torner", puso el broche de oro a la velada con un concierto bajo la dirección de José Manuel San Emeterio Álvarez con obras de Strokine, Pürcel o Deak-Bardos. Además, el público pudo admirar las 36 pinturas y la dos esculturas de la colección de arte de la Sociedad Protectora de La Balesquida que están expuestas en el palacio del Conde Toreno hasta el próximo día 27.