El Club de Campo del Centro Asturiano, en el monte Naranco, se llenó ayer de socios que quisieron disfrutar tranquilamente del Martes de Campo con sus bollos de chorizo y botellas de vino. La mayoría eran familias, muchas al completo, con abuelos y niños pequeños. Las mesas que el club dispone en sus amplias zonas verdes -algunas en la imagen- quedaron pronto ocupadas, especialmente las que disfrutaban de sombra. A la una de la tarde el lleno pudo darse por oficial en una jornada calurosa, radiante y familiar.