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Una Facultad sobresaliente

"Los alumnos de Medicina son excelentes y eso motiva a los profesores", afirma el decano del centro, situado entre los diez con mejores docentes de España en un ranking nacional

Un grupo de alumnos de Medicina, en una de las salas del centro. LUISMA MURIAS

La Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo esta acostumbrada a estar entre las mejores. El año pasado el ránking de Shangai de las mejores universidades del mundo la situaba entre las diez primeras de España y hace apenas unos día la fundación catalana Conocimiento y Desarrollo la colocaba entre las diez con mejores profesores del país. Su decano, Alfonso Múñiz, cree tener una explicación para ello: "Los alumnos de Medicina son excelentes, es la Facultad de la Universidad de Oviedo con mejores resultados y menos abandono; los alumnos estudian y trabaja y eso motiva a los profesores".

Jorge Tolivia es uno de esos docentes que quedan en tan buen lugar en los ránkings. El catedrático del área de Biología Celular e Histología hace una distinción entre "el buen profesor y el profesor bueno". El primero es el competente y se responsabiliza de los alumnos; el segundo es el que ellos prefieren, el indulgente. La acreditación docente y la capacidad investigadora determinan el acceso a la plantilla docente de profesores y catedráticos. Tolivia, que admite que la docencia es su gran vocación, teme que la carga en investigación vaya en detrimento de la enseñanza.

El décano subraya que el objetivo último de la alta exigencia en la selección del profesorado y los alumnos es "que la sociedad asturiana tenga profesionales bien formados, que presten la atención por la que los ciudadanos están pagando".

Francisco Menéndez-Graíño es alumno de segundo curso y está de acuerdo en que todos los profesores "tienen muchísimos conocimientos y nos aportan información". "Unos lo transmiten mejor que otros", apunta, y eso es lo que distingue a los mejores.

Su compañera Raquel Guerra, también en segundo curso, está de acuerdo en la calidad del profesorado y ambos añaden que además de datos se esfuerza por inculcarles lo importante que es la atención y la empatía con los enfermos. Menendez-Graíño comenta que las "clases son muy activas" y que ha observado que "además de inteligentes todos los estudiantes son muy constantes". El opina que para sacar adelante una carrera como Medicina es necesario tener "mucho sentido común y ser práctico".

"Un profesor no es bueno ni malo porque ponga una buena nota", afirma el decano y agrega que no es raro que con el paso del tiempo, con más perspectiva, los médicos acaben recordando con más simpatía a los que se lo ponían más difícil durante la carrera. En Medicina y Ciencias de la Salud Oviedo tiene cuatrocientos profesores, la mitad son de Medicina.

Los estudiantes de Medicina reciben cinco mil horas de clase a lo largo de la carrera y son los que tienen más prácticas hospitalarias de España, sesenta semanas, según Muñiz. Y a pesar de la cantidad de conocimientos y su dificultad los resultados son buenos. En la mayoría de las asignaturas hay un noventa por ciento de alumnos aprobados y en la carrera no hay ninguna materia "de riesgo", que es como se refieren en los ámbitos académicos a aquellas en las que suspende más de un sesenta por ciento de los estudiantes.

La referencia más indiscutible sobre la calidad de los estudios que se imparten en Oviedo es, según Alfonso Muñiz, la prueba MIR, en la que la Facultad suele quedar entre el quinto y sexto puesto.

Innegablemente la carrera es absorbente pero a pesar de ello "da tiempo a vivir", asegura el decano de Medicina. El alumnado saca tiempo para tocar en grupos de rock, dice, y cita a Luis Juesas, guitarrista de "Tigra", y algún otro músico, y hace referencia también a los éxitos deportivos de los equipos de baloncesto y futbito.

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