El fútbol base ovetense está de luto. Luis Honorio Pintado, uno de los dirigentes más longevos de toda España en el deporte rey, falleció el viernes a los 86 años de edad a consecuencia del agravamiento de una enfermedad respiratoria, poniendo fin a una etapa como presidente del Grisú Club de Fútbol de Cerdeño iniciada en el año 1965, a la que cabe sumar una década en otros cargos.

La despedida de Pintado, inesperada a pesar de su avanzada edad, deja huérfano a un club que a día de hoy cuenta con seis equipos: el regional, el femenino, un infantil, un alevín y dos benjamines. Su labor, incansable hasta escasas fechas previas a su fallecimiento. "Dio todo lo que pudo por el club e incluso cuando se puso enfermo seguía llamando por teléfono sin parar para enterarse de todo, declaró su hija Mari, también directiva de la entidad, al igual que su hermano Manuel, ambos herederos de la pasión futbolística del patriarca de la familia.

Luis tomo el relevo de su hermano Cecilio Pintado, José Luis Iglesias y Julio Suárez, fundadores de la entidad en 1955. Bajo su mandato el equipo tuvo como sede el campo de La Carnera, luego pasó a La Artillería, y más tarde al Nuevo Campo, donde llevan más de tres décadas disputando sus encuentros de manera ininterrumpida.

Su legado va más allá de lo deportivo. "Aparté a muchos de la droga y la bebida y les busqué trabajo", respondía cuando se le preguntaba por las mayores satisfacciones de un cargo a través del que logró llevar al equipo de los mayores a Primera Regional en dos ocasiones.

Hoy a la seis de la tarde se celebrará un funeral de cuerpo presente en la iglesia de Santa Eulalia de Colloto para despedir a un hombre que el próximo sábado habría cumplido 87 años.