Las primeras fiestas de la Manjoya, tras un paréntesis de 25 años, se clausuran esta noche con la tradicional verbena. Antes, a las siete de la tarde, los organizadores de los festejos que se desarrollaron durante todo el fin de semana, la Asociación de Vecinos "Llamaoscura-Pereda", repartieron unos 150 bollos entre los asistentes.

Para la presidenta del colectivo vecinal, Silvia García, el balance de esta primera cita fue "muy positivo porque sirvió para que los vecinos entablaran relaciones para que en Oviedo y especialmente en el Ayuntamiento nos conozcan", comentó a este periódico mientras repartía los bollos junto al secretario de la asociación, Eduardo Arnaez.

Ambos coincidieron en señalar que el primer año de unos festejos es siempre el pistoletazo de salida para próximos eventos, y sólo lamentaron la presencia de la dichosa lluvia. "No obstante el sábado tuvimos suerte y todo el recinto estaba muy concurrido. En la carpa de la fiesta por la tarde no entraba ni un alfiler".

Además, en las quince atracciones que fueron repartidas por el gran recinto de las fiestas, la animación de los más pequeños contribuyó a dar aún más alegría la cita festiva, en la que no faltó el buen condumio de la mano de un "pulpeiro" de la localidad lucense de Fonsagrada.

"En la Manjoya viven familias jóvenes con niños pequeños, y muchas de ellas se conocieron en estas fiestas, que era otro de los objetivos que teníamos, porque queremos hacer barrio", concluyó Silvia García.