El monitor de 30 años que fotografió a una compañera en la ducha del gimnasio ha sido condenado esta mañana a una pena de un año, 720 euros de multa y 300 euros de responsabilidad civil después de que su abogado, Jorge García Gómez alcanzara un acuerdo con la Fiscalía en el Juzgado de lo penal número 1 de Oviedo. El joven no irá a prisión al carecer de antecedentes penales y la Policía Nacional deberá devolverle de manera inmediata el ordenador y el teléfono móvil que le habían intervenido para su revisión.

El hombre fue pillado por la víctima mientras la grababa en la ducha pasando el móvil por encima de un tabique que separaba los vestuarios masculino y femenino reservados para el personal, en diciembre de 2016. Los hechos tuvieron lugar a las 12.30 horas y el acusado entregó en ese mismo momento el dispositivo a la chica, un año menor que él, para que borrara las imágenes. Aun así, ella decidió denunciar los hechos a la Policía, y, una vez conocida la demanda, el hombre entregó voluntariamente a los agentes tanto el teléfono como su ordenador con el ánimo de demostrar que no disponía de más material gráfico.

Lo sucedido causó un gran revuelo entre los numerosos compañeros de los dos protagonistas. Ante la alarma generada, la empresa responsable del equipamiento deportivo decidió prescindir de los servicios del monitor, cuyo contrato cesó tras trascender lo sucedido. "Nos sorprendió, porque era un tío muy normal", señalan algunos empleados.

La Fiscalía consideró los hechos constitutivos de un delito contra la intimidad y pedía dos años de prisión, 18 meses de multa con una cuota diaria de diez euros, es decir, un total de 5.400 euros que en caso de no ser abonados serían penados con un día de cárcel por cada dos cuotas impagadas.