"Hoy me olvido del cáncer y salgo a lucir tipazo"
Trece mujeres con patologías mamarias desfilan en bañador en el Auditorio para dar esperanza y "dejar la amargura en casa"

Desfile en el Auditorio de mujeres afectadas por cáncer de mama / MIKI LÓPEZ
Esmeralda Muñiz, de 58 años, bailó ayer entre bambalinas una versión remasterizada del famoso “All along the watchtower”, de Jimi Hendrix, treinta segundos antes de salir a desfilar con un elegante bañador blanco de lunares rojos en el auditorio Príncipe Felipe. Fue una de las trece mujeres afectadas por cáncer de mama que se pusieron frente al público para “dar esperanza y dejar la amargura en casa”. Juntas forman un grupo sólido y abierto 24 horas para lo bueno y lo malo. Celebran el final de una quimio, se animan ante una recaída y comparten trucos de belleza para seguir siendo ellas sin que una mastectomía reduzca su fondo de armario.
Es el quinto año que salen a la pasarela de la mano de Marta Pérez, la propietaria de una lencería y corsetería ovetense (Berta) que pone a su disposición prendas adaptadas y que sin proponérselo ha unido a más de una decena de mujeres que se necesitan unas a otras. Cuatro desfilaron por primera vez. Teresa Pereiras, de 40 años, estaba algo nerviosa esperando su turno. En enero se hizo una mastectomía completa después de que le detectasen células tumorales en una axila. Había superado un cáncer en la mama derecha hace nueve años, pero esta vez no quiso correr más riesgos. Su familia, sus amigos y el grupo de la pasarela forman parte de la terapia. “No es fácil encontrar prendas que te sirvan al pasar por algo así. Ahora me siento comprendida y animada. La primera vez tenía un bebé de ocho meses y lo llevé de otra manera. Esta vez me resultó más complicado”.
A su lado, entre el tumulto de las mujeres de entre 35 y 58 años que se estaban dando los últimos retoques para salir a desfilar, Mati dos Santos anima al resto. “Hoy me olvido del cáncer y salgo a lucir tipazo”. Todas ríen. Esmeralda Muñiz añade: “Hoy no sabía qué ponerme y me puse feliz”. La alegría es contagiosa y surte efecto en María José Campomanes, de 53 años y también novata. Superó un cáncer de mama y ahora se enfrenta a otro de ovarios. “Llevo una bolsa de colostomía debajo del bañador. “El caso es acostumbrarse y procurar no obsesionarse, ser feliz como hoy”.
Fuera, el público las ovacionó. Allí estaban el edil de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, el de Ciudadanos Luis Pacho, o las populares Cristina Fernández y Covadonga Díaz, entre otros. Al final, una frase. “No hay que tener miedo”.
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