"España no me duele, me cabrea a veces; somos un país raro, con mucha intolerancia". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el periodista y escritor Luis del Val, durante la presentación de su libro más reciente "Mi querida España", en el que desgrana los defectos, virtudes y peculiaridades de un país que camina hacia "la medalla de plata del envejecimiento, detrás de Japón, que se lleva la de oro".

Del Val, colaborador radiofónico, fue presentado por Inmaculada Rivas, periodista y jefa de informativos de la cadena Cope en Asturias, quien destacó la amplia trayectoria de Luis del Val, que fue diputado por la UCD y alto cargo del Ministerio de Trabajo con el presidente Adolfo Suárez.

Fue inevitable la pregunta del público sobre la moción de censura a Mariano Rajoy que ha desembocado en un nuevo Gobierno de España. "Me parece muy bien todo lo que sea democrático; todos los votos son dignos", señaló. "Entre la escasa retribución económica y el desprestigio social hay muchas personas que no acuden a la política", indicó Del Val, que criticó una de las fórmulas más frecuentes de acceso a un cargo público en el país, protagonizada por el joven que "ingresa en la Universidad, se apunta a un partido político; de pronto se ve en una lista municipal y le gusta tanto que se olvida de terminar los estudios; con treinta y pocos está en un Ministerio, y ésa es su carrera".

Desde su punto de vista, deberían acercarse al ejercicio de la política personas que no pertenezcan a ningún partido. Citó el caso de Luis de Guindos o de miembros de los gobiernos de Felipe González, Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo, "que eran personas muy representativas de la sociedad; ahora todo eso va a la baja", aseguró Luis del Val.

El escritor también tuvo palabras para la situación actual del mundo informativo: "El problema no son los medios de comunicación, son los medios de deformación. Cualquier murmuración es asumida como si fuera verdad. Hay que cotejar la información, porque no sabemos de dónde viene", recomendó. Del Val no pasó por alto la elevada dosis de ignorancia de los españoles sobre su propia historia y acerca de símbolos como la bandera: "No la trajo Franco; viene del siglo XVIII, de la Marina".