Integridad, sentido del humor, dinamismo, locuacidad, valentía y lucha. Esas son las palabras más repetidas para definir a Emilio Huerta Rodríguez, "Triqui", fallecido ayer por la mañana a los 73 años en el Hospital Monte Naranco donde estaba ingresado hace días a causa de un cáncer de páncreas que le fue diagnosticado en diciembre. Exsecretario general de Comisiones Obreras en Asturias, diputado regional por el PCA en la primera legislatura de la Junta General del Principado y concejal de IU en el Ayuntamiento de Oviedo de 2011 a 2015, era conocido por el cariñoso sobrenombre de "Triqui".

El histórico sindicalista se quedó con el mote del amigo más fiel con el que jugaba de pequeño en las calles de su Grado natal. Cuando murió el perro callejero "El Triqui", su entorno comenzó a llamarle así, pero sin el artículo. Triqui era amigo de sus amigos e hizo suyos los problemas de sus seres queridos y de los más desfavorecidos. Primero lo hizo en Ensidesa. Allí empezó como técnico de laboratorio y acabó de maestro industrial. Entre medias se afilió a CC OO convirtiéndose en una figura fundamental para sacar al sindicato de la clandestinidad en la región, llegando a ser secretario general en Asturias durante trece años, entre 1981 y 1994.

El dolor inundó ayer el sindicato al publicarse la noticia de su fallecimiento. A Francisco Javier Suárez, ex secretario general de CC OO Asturias y exsecretario del PC en la región, la noticia le cogió fuera de casa, en Cádiz. "Estoy afectado. Me hubiese gustado estar ahí. A lo largo de mi vida profesional he tenido camaradas que no eran amigos, pero él ostentaba las dos cosas. Era una persona muy activa, dinámica y coherente. Hoy he brindado por él con mi compañera porque estamos seguros de que es lo que le hubiese gustado ver".

No se equivocaba. En la esquela de Emilio Huerta puede leerse: "Que mis cenizas sean depositadas en Grao, mi pueblo, en la tumba de mis queridos padres. Tomad unas sidras en mi recuerdo". Al parecer, lo escribió al poco de saber que padecía cáncer.

Triqui demostró entereza y ganas de vivir de principio a fin. Su trayectoria vital está plagada no sólo de experiencias en el mundo sindical y político, si no también en el deportivo. Especialmente en el fútbol. Y es que de chaval jugó en varios equipos e incluso compartió alineación en el Mosconia con el histórico del PP asturiano y exsenador, Isidro Fernández Rozada, que ayer se acercó al tanatorio de Los Arenales.

Así relató Emilio Huerta a LA NUEVA ESPAÑA este enero sus hitos deportivos: "Jugué con la Juventud Asturiana, donde me entrenó Casas, que fue el que hizo el gran equipo del Sporting, el de Enzo Ferrero (...) Cuando cumplí 18 años y dejé de ser juvenil fiché por el Mosconia, que de aquella se llamaba Grado Club de Fútbol. (...) Ahora prácticamente sólo veo al Barça, cuando lo televisan salvo los partidos Madrid-Barça: tengo que grabarlos porque no soy capaz de verlos en directo, de los nervios".

Numerosos compañeros de la política y la lucha sindical fueron ayer al tanatorio para arropar a la familia de Triqui. En especial a su mujer María Begoña Pire y a sus hijos María Belén e Ignacio. Antonio Pino, exsecretario de CC OO en Asturias, le dedicó unas palabras de despedida a su compañero. "Le tocó bregar con la crisis industrial en Asturias y una fuerte crisis interna. Además, fue una de las primeras personas que abrió el diálogo social en el Principado". En octubre de 1994, Emilio Huerta presentó la dimisión de su cargo en CC OO con carácter irrevocable durante la celebración del Consejo Regional. Aseguró entonces que se encontraba "vacío y sin ilusión" y volvió a su puesto de trabajo en la empresa Ensidesa.

Triqui fue miembro del PCE durante los mandatos de Santiago Carrillo, Gerardo Iglesias y Julio Anguita, perteneció al comité ejecutivo del PCA y fue parlamentario regional en representación de ese partido hasta 1987. Cuatro años más tarde, en 1991, abandonó todos sus cargos políticos hasta que veinte años después se convirtió en concejal de IU del Ayuntamiento de Oviedo.

El excoordinador de IU en Oviedo, Alejandro Suárez, le había llamado para que formase parte de la lista de las elecciones municipales. Al final, Triqui, el propio Suárez y Roberto Sánchez Ramos fueron ediles. "Era un político duro del que aprendí muchísimo, discutí muchísimo y sentí que me apreciaba. Hoy es un día negro", comentó ayer Suárez profundamente afectado.

Los miembros de esa corporación municipal, con independencia de sus inclinaciones políticas, lamentaron el fallecimiento. Así, para el exalcalde Agustín Iglesias Caunedo, "era un buen tipo, una persona que estaba en la política para mejorar la sociedad y que quería a su ciudad. A pesar de las diferencias ideológicas, era posible llegar acuerdos". De aquella corporación, también el socialista Manuel Ángel Rodríguez habló ayer con cariño de "Triqui". "Conversaba hasta la extenuación para buscar consensos. Era un edil transversal. Argumentaba por el final y al acabar su discurso, conocías su verdadera intención".

La Fundación Municipal de Cultura dedicará la zarzuela del sábado, "La tabernera del puerto", a la memoria de Triqui y a la de la exedil socialista recientemente fallecida, Begoña Pérez. Además, la actual corporación guardó ayer un minuto de silencio en su memoria antes del Pleno. Para el alcalde de Oviedo, Wenceslao López, "Triqui era una gran persona humilde y directa que dedicó parte de su vida al Ayuntamiento".