Valentín Ladrero (1963, Madrid) presentó ayer en El Manglar su libro "Músicas contra el poder, Canción popular y política en el siglo XX".
- ¿Dónde nace este libro?
-En el 15-M. Vi que no había banda sonora de aquel momento, que si sonaban canciones eran de Paco Ibáñez. Después asistí a un concierto de Nacho Vegas y Roberto Herreros en el que hacían versiones de Woody Guthrie, y pensé que había una relación perversa, a veces amable, a veces crítica, entre la política, los acontecimientos sociales y la música.
- ¿Cuál es la conclusión?
-La música es un canal de concienciación y crítica del poder, pero determinados regímenes se lo han apropiado para hacer propaganda de sentimientos nacionalistas. De todas formas, he intentado contar qué sucedió, explicarme el siglo XX a través de sus canciones.
- ¿El mercado no acaba devorando la canción protesta, la banda sonora de la contracultura en los anuncios?
-Todo acaba ahí en la mayoría de las ocasiones. Mayo del 68 también. Hay cambios importantes pero es cierto que todo acaba en la imagen del Che en una camiseta. Capitalismo y consumo es el destino de la inmensa mayoría de los movimientos sociales. Pero lo interesante es vivir el momento. Me interesan más los inicios, cuando surge una generación que quiere hacer las cosas de otra forma.
- ¿Qué papel juega el género en este mundo tan machista de la música popular contemporánea?
-Importante. Le dedico un capítulo entero. Es verdad que hubo personalidades importantes, desde Piaf a Chavela Vargas, pero estuvieron sometidas al patriarcado. Hubo muchas luchas, de las "riot grrrl" al posfeminismo de Madonna o el movimiento gay en la música disco, pero el problema es el contexto de heteropatriarcado de la industria.
- ¿Es optimista?
-Hay una revolución pendiente, eso es lo interesante. Cada vez hay más mujeres que representan géneros y estilos muy distintos empoderándose a marchas forzadas.
- ¿Por qué no cuajaron los himnos en el 15-M?
-Quizá la sociedad está anestesiada y el 15 M fue muy rápido y se olvidó de la música. De todas formas, aunque no haya himnos, hay otros estilos, de la electrónica al techno, que trajeron otras actitudes.
