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Oviedo, capital del cuplé

Las divas de principios del siglo XX, como La Fornarina y La Chelito, pasaron por los locales de la ciudad dejando constancia de su arte y buen hacer sobre el escenario

Oviedo, capital del cuplé

En los albores del pasado siglo desfilaron por la capital ovetense las primeras figuras de las variedades, del "music hall" y del cuplé de la época. El pabellón Sanchís, el Varietés, el pabellón Urban, en Fruela; el Teatro Celso, más tarde Teatro Sanchís, o los cafés París, Madrid, y Pasaje, o el pabellón Bombé" rivalizaban en ofrecer las mejores atracciones musicales, desde óperas, zarzuelas, operetas, orquestas a números de trapecio o magia. El café París, por ejemplo tenía como pianista oficial al ilustre músico asturiano Baldomero Fernández.

La nómina de las grandes divas de aquella época la formaban nombres como el de la Fornarina, Pastora Imperio, la Argentina, la Argentinita, la Chelito o Raquel Meller antesala de otras grandes como la Niña de los Peines, la Niña de la Puebla, Estrellita Castro, Conchita Piquer, Juanita Reina y Lola Flores. Por cierto, la pareja artística de la Flores durante muchos años, Manolo Caracol, vivió algún tiempo en Oviedo en los años 20. Así lo manifestó a un diario ovetense en 1954. También residió en Entrialgo (Laviana), lugar de nacimiento de Palacio Valdés y en Salas, probablemente en su itinerante camino de una caravanas de gitanos.

El 4 de octubre de 1906 debutó en el Gran Café de Madrid, Consuelo Vello Cano, La Fornarina, la gran figura del espectáculo de principios del XX. Admirada entre otros por Benavente o los hermanos Machado, su éxito fue apoteósico, como se decía antes. La Fornarina venía a Oviedo tras su reciente triunfo en una sala de París. Unos días más tarde, el 18 de octubre de 1906, en el mismo escenario, actuaba otra extraordinaria artista: Pastora Imperio, que durante décadas sería santo y seña del baile en España. El éxito alcanzado por la Imperio en el Madrid, propició su contratación por el salón cinematográfico Urban en la calle Fruela a partir del 14 de noviembre. La Imperio en la cima de su carrera actuaría, años más tarde, nuevamente en Oviedo y su caché se dispararía multiplicado por diez.

En aquellos años llegaron a Oviedo destacadas cupletistas entre ellas Matilde Aragón, la más reconocida intérprete de cuplés antes de Raquel Meller. El 4 de noviembre de 1911 en el Teatro Sanchís debutó otra genial artista del cuplé: "La Chelito", que también se llamaba Consuelo, como la Fornarina.

Había nacido en Cuba en 1885 y se trasladó a España después de la independencia de la isla. Sus actuaciones desbordaban los aforos de teatros y salas de fiestas y su éxito, sobre todo, se cimentó en canciones irónicas de doble sentido como "La Pulga". Falleció el 20 de noviembre de 1959.

Continuando con la cronología, más adelante llegaban a Oviedo dos vedettes del mundo del baile y la coreografía, ambas con el apodo de Argentina por bandera: Antonia Mercé "La Argentina" y Encarnación López Júlbez "La Argentinita". La Mercé había sido una revolucionaria del baile renovando la danza española y causando sensación en las salas francesas. El 18 de setiembre de 1915 actuaba en el Teatro Jovellanos "La Argentinita" que llegaba a Oviedo avalada por sus grandes éxitos en la mayoría de los coliseos españoles y franceses.

Para cerrar el ciclo de las grandes divas que pasaron por los escenarios ovetenses en los 15 primeros años del siglo XX, en 1915 llegó al Sanchís Raquel Meller la reina del cuplé, "La Raquel" como se le conocía en aquel tiempo.

Al margen de las citadas vedettes, actuaron en los teatros ovetenses las grandes compañías de teatro, al frente de las cuales se hallaban figuras legendarias de la talla de Dicenta, Rafael y Ricardo Calvo, Borrás, María Guerrero, Margarita Xirgu o Loreto Prado.

Es probable que no se haya repetido nunca un plantel de tantas figuras de primera fila desfilando por Oviedo.

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