No ver y no oír requiere el desarrollo de un aprendizaje de lenguaje de signos que se transmite a través de las manos para intentar hacer una vida lo más normal posible, aunque no sea algo fácil. Pero las personas que padecen esta discapacidad necesitan también relacionarse. En Asturias hay una veintena de personas censadas, pero la ONCE supone que hay más, que por distintas razones personales prefieren continuar en el anonimato. Integrarlas en la futura asociación es uno de los objetivos.

Por eso el colectivo de sordociegos de Asturias dio ayer el primer paso, en Oviedo, para crear una asociación que reivindique sus derechos y sacarlos del anonimato. A la reunión asistió el alicantino Francisco Javier Trigueros, que fue ponente en la I Jornada Nacional de Mediación Comunicativa que organizó la Fundación Vinjoy. Tras el encuentro puso en valor la importancia que tendría para los sordociegos asturianos una asociación.

"Es muy importante que la sociedad sepa que como personas sordociegas tenemos una identidad y una cultura propia, diferente a las de otros colectivos de discapacitados. Por eso el movimiento asociativo es muy importante, porque nos ayudará a luchar por nuestros objetivos y nuestras ilusiones, como que los sordociegos tengamos la accesibilidad de la que gozan otros colectivos de discapacitados", destacó Francisco Javier Trigueros.

La primera piedra ya la pusieron ayer los sordociegos para lograr su objetivo. Ahora necesitan ayudas y comprensión de las instituciones.