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Carmen López, la surfista ciega que teme cruzar la calle

La joven ovetense cabalga olas pero sufre en las aceras: "Las baldosas que nos guían a los pasos de cebra están mal; las hay que te llevan a un garaje, habrá una desgracia"

La joven Carmen López, con su perra "Luna", muestra cómo un camino de baldosas punteadas la lleva a una salida de un garaje y directamente a la mitad de la carretera de la calle Santiago de Compostela, en Ciudad Naranco. IRMA COLLÍN

Carmen López García ya esperaba a las puertas del centro de salud de Ciudad Naranco cinco minutos antes de la hora fijada para el encuentro con LA NUEVA ESPAÑA. Es ciega de nacimiento y a sus 21 años no le tiene miedo a nada -de hecho hace surf adaptado y tiene previsto presentarse al campeonato nacional el último fin de semana de junio-, pero de un tiempo a esta parte se ha dado cuenta de que dar un simple paseo por su barrio le resulta "mucho más peligroso que subirse a una ola" con el mar picado.

El principal problema está en la disposición de las baldosas punteadas que supuestamente se emplean para guiar a los invidentes hasta los pasos de cebra, un camino con un relieve especial que debería ser seguro para los ciegos y que en Oviedo, en muchas ocasiones, los conduce hacia situaciones de riesgo que pueden incluso costarles la vida. No hay más que caminar un rato junto a Carmen para darse cuenta de que las "trampas" están por todos los lados. En la calle Santiago de Compostela, en el propio barrio de Ciudad Naranco, hay unas cuantas. "Vas por la acera, te encuentras con las baldosas punteadas y cuando crees que vas hacia un paso de cebra te llevan hasta la salida de un garaje. Ya no es sólo que pueda atropellarte un coche de los que salen de dentro, también puede pasar que cruces la calle pensando que hay un cebreado y que te plantes en medio de la calzada sin ninguna protección", explica la joven. Eso ocurre en tres puntos de la calle en menos de cincuenta metros.

Carmen López asegura que el problema no es exclusivo de Ciudad Naranco y que se repite "en todas las zonas" de Oviedo. Así, según sostiene, otra vecina de Oviedo que también es ciega ha sufrido recientemente un atropello en la calle General Elorza a consecuencia de un mal uso de las baldosas punteadas. "Hay que denunciarlo antes de que ocurra un accidente grave. Para nosotros es muy importante y alguien debe hacer algo para no tener que lamentar una desgracia", señala la joven. "El problema es muy grave porque ya no podemos fiarnos si siquiera de los pasos de cebra que están bien señalizados. Al final nos obligan a caminar siempre acompañados porque en caso contrario pueden llevarnos por delante", añade.

Más obstáculos

Durante el paseo con Carmen López se aprecia que los pasos de cebra mal señalizados no son el único problema para los invidentes que viven en Oviedo. La joven camina por la parte de la acera más alejada de la calzada de la calle Santiago de Compostela, pero se tropieza con varios bancos de madera instalados por el Ayuntamiento. "Supuestamente se iban a quitar los obstáculos de esta zona de las aceras, pero ya se ve que no es así", explica mientras tira de su perra "Luna", que no es guía "pero lo intenta" y suple sus carencias con cariño. "Lleva conmigo desde los tres meses y aunque estoy esperando por un perro guía, no la cambio por ninguno", dice Carmen.

Los semáforos tampoco son aliados de los ciegos. "Ahora ya no pitan porque hubo vecinos que se quejaron del ruido. Tenemos un mando que nos indica si están en verde, pero la mayoría de veces no funciona", explica Carmen. "Así es nuestro día a día", concluye.

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